ECONOMíA
Los créditos del Banco Mundial se cortaron y el mundo sigue andando
No hubo pánico ni ocurrió ninguna tragedia por la ratificación del default. Según Economía, no faltarán recursos para planes sociales.
Sin estridencias, sin dramatismo, sin crisis en los mercados, el Gobierno continuó ayer por la senda del default. Siguió sin levantar un vencimiento con el Banco Mundial, que ya había dejado impago hace un mes, por 750,8 millones de dólares. Pasado mañana también dejará pasar la oportunidad de saldar una deuda con ese organismo por 250 millones, asumida cuando el Gobierno no canceló un pago de un título público y la entidad tuvo que poner el dinero por haber salido como garante del mismo ante inversores internacionales. El Poder Ejecutivo explicó la extensión de la cesación de pagos a un organismo multilateral como una consecuencia de la falta de acuerdo con el FMI.
Ante la ausencia de una reprogramación racional de los vencimientos, la alternativas eran seguir invirtiendo reservas para mantener en pie la tediosa negociación con el FMI o dejar de pagar y poner la discusión en otro plano. Roberto Lavagna insistió en que la decisión se tomó hace 30 días y que como nada cambió desde entonces no había razones para pagar. La presión de Washington fue advertir que se suspenderían los desembolsos pendientes de 29 proyectos de asistencia financiera.
Hay programas como los de Desarrollo de pequeños agricultores, Desarrollo integral de la familia, Emergencia contra las inundaciones, Proyecto de lucha contra el sida, Vigilancia y control de enfermedades contagiosas y Reforma de la educación universitaria. Cada uno de los 29 planes se encuentra en una etapa distinta de ejecución, pero en total restaban desembolsos del Banco Mundial por 1200 millones de dólares.
“Los planes sociales, especialmente el que abarca a los jefes y jefas de familia, están cubiertos sin necesidad de financiamiento externo”, resaltó Lavagna, para rebatir uno de los argumentos de quienes sugerían pagar. El portavoz del ministro, Armando Torres, indicó que “la misma decisión que el Gobierno adoptó en noviembre pasado será mantenida hasta que se produzca el acuerdo con el FMI”, por lo cual queda ratificada la estrategia frente a próximos vencimientos.
Una de las mayores preocupaciones que generaba el default con los organismos era el impacto en el mercado cambiario. Hace un mes el amperímetro no se movió. Y en esta oportunidad tampoco. La cotización del dólar se mantuvo en 3,54 pesos y el Banco Central ganó 16,5 millones de dólares para sus reservas.
Las diferentes fuerzas políticas y la mayoría de los economistas comparten la postura del Gobierno. Incluso consultores ortodoxos como Aldo Abram, un enamorado del discurso fiscalista y firme defensor de las políticas de los ‘90, consideró que “partiendo de la base de que no hay acuerdo con el FMI, la decisión del Gobierno es la de menor costo. Porque si el Fondo no quiere acordar, los vencimientos hasta las elecciones superan las reservas, y pagarlos llevaría al caos inflacionario”. Claro que al mismo tiempo el economista criticó con dureza a Lavagna por no aceptar la suba de impuestos y el ajuste fiscal que exigía el FMI, y en lugar de eso “bajó con demagogia la tasa del IVA”.
Desde otra óptica, José Sbatella, director del IEFE, señaló que “es mejor guardar las reservas y no pagar, porque todo lo que se hizo para pagar fue inconducente”. “Por hacer todo lo que dijo el Fondo –concluyó Sbatella–, la Argentina llegó a lo que llegó, y ahora por no hacer lo que dice el Fondo la Argentina tiene superávit primario fiscal y superávit en la cuenta corriente”.