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Un ambiente cálido iluminado tenuemente por un par de velas. Una cena con mariscos, frutas secas, apio y un toque de pimienta. Un buen vino, música lenta de fondo y un sutil aroma a jazmín levitando en la atmósfera. Y, por supuesto, dos personas dispuestas a dejarse llevar por el placer. Esta es, a grandes rasgos, la receta, bastante previsible, por cierto que Cosmopolitan Televisión aconseja poner en práctica a sus televidentes para incentivar la libido y vivir la soñada noche perfecta. Al menos ésa es la fórmula del amor que se presenta en el especial “Escuela de seducción: Afrodisíacos”, que la señal dedicada a la mujer del siglo XXI exhibe hoy (y todos los sábados de diciembre), a las 23. Presentado por Karina Mazzocco, el programa indaga sobre el posible poder afrodisíaco que tendrían ciertos alimentos, bebidas, perfumes y sonidos.
El sexo es una de las temáticas más abordadas en la grilla de programación de la señal de cable dedicada a la mujer del siglo XXI. “Confidencias”, “Sex files”, “Café caliente”, “Consulta cosmo” y “El siglo del sexo” son algunos de los ciclos que conviven en la programación habitual de Cosmpolitan, conformando un bloque nocturno en el que el sexo es el protagonista. En este caso, el especial se introduce en el mundo de los afrodisíacos para revelar las claves infalibles en el arte de seducir. Una especie de curso intensivo y televisado de seducción.
La sexóloga puertorriqueña Alessandra Rampolla brinda su testimonio en el documental. Rampolla explica que desde la antigüedad existen alimentos que son considerados afrodisíacos “por su valor nutritivo”. Pese al rechazo científico, la puertorriqueña cree que lo importante es el factor psicológico. “La sensación que causa en el cuerpo o en la mente de las personas consumir determinados tipos de alimentos –ya sea porque físicamente tienen un efecto o porque psicológicamente uno se lo cree– aumenta el apetito sexual. Y, en definitiva, eso es lo que vale”, subraya.
Que a determinados alimentos se los tilde de afrodisíacos se debe fundamentalmente a que poseen un fuerte contenido de vitamina E, sustancia que le otorga mayor vitalidad al cuerpo humano. Para el chef internacional Rodrigo Toso, “la sugestión es el afrodisíaco más potente de todos”. Rampolla comparte este concepto a medias, ya que el nivel en el que incide la imaginación depende del género. “La mujer concibe al sexo como una actividad un poco más emotiva o imaginativa que el hombre, al que por lo general el sexo le entra por los ojos. Se dice que al hombre le cabe más la estimulación visual que a la mujer”, sostiene.
La mirada literaria sobre los afrodisíacos está representada por dos escritores que le dedicaron una novela a la temática: Isabel Allende y Federico Andahazi. La autora de La ciudad de las bestias y La casa de los espíritus publicó hace algunos años la novela Afrodita: cuentos y recetas afrodisíacas, en un momento en el que el sexo estaba en el tapete de la opinión pública. “Cuando escribí el libro –dice la chilena– no tenía una idea preconcebida sobre los afrodisíacos. Gracias a Dios se publicó unos meses antes de que saliera el viagra en el mercado. Con el libro descubrí que los afrodisíacos cambian mucho de una cultura a otra: no hay leyes universales.” Andahazi, en tanto, está convencido de que la palabra tiene per se un significativo poder de seducción, superior a cualquier otro estimulante. “No hay cosa más afrodisíaca que la propia palabra. La literatura es profundamente afrodisíaca. Pericles decía que ‘lo esencial es invisible a los ojos’, pero creo que en el campo del erotismo esta máxima no funciona. Creo que en este orden de cosas, forzosamente lo esencial debe ser visible a los ojos”, se la juega el autor de El anatomista, una novela cuya trama gira alrededor del clítoris.
Creer o reventar, Rampolla no duda que la discusión en torno de los afrodisíacos será eterna. Pero dispara: “El sexo no pasa de moda porque nos da vida, es lo que hace que el mundo corra, lo que nos da motivación y nos inspira. Siempre el ser humano va a seguir buscando maneras de que el sexo sea más placentero, más fácil y que pueda continuar despierto”.