Los gobiernos de Argentina y Brasil se verán las caras nuevamente para intentar avanzar en la integración productiva. Será hoy y mañana en Brasilia. La delegación argentina, compuesta por directivos de la banca pública, el Ministerio de Economía y de Industria y Turismo estará encabezada por el secretario de Industria, Eduardo Bianchi. Buscarán negociar que Brasil relaje sus restricciones financieras y con ello lograr mejor acceso al crédito para las empresas que se embarquen en la integración. A su vez, habrá reuniones para seguir limando asperezas por las restricciones al comercio bilateral, donde Brasil reclama mayor liberalización. También se reunirá el comité automotor, que periódicamente analiza el intercambio comercial sectorial.

Es el segundo cónclave que busca aceitar la integración productiva entre empresas argentinas y brasileñas. El primer encuentro había sido el 18 y 19 de febrero pasado en Buenos Aires. La iniciativa surgió a partir de la decisión de ambos ministros de Industria, Débora Giorgi y Miguel Jorge, que a su vez se habían reunido a partir del mandato de los presidentes. Buscan definir una plataforma estable y atractiva para impulsar la integración, que permitiría profundizar las relaciones comerciales y ampliar las escalas de producción, sobre todo para las compañías argentinas, para las cuales la relativamente pequeña dimensión del mercado local puede frenarles planes de inversión.

Para ello, los gobiernos pretenden poner a disposición de las empresas una serie de instrumentos financieros como créditos a tasa subsidiada o garantías para préstamos. Pero para lograrlo deben consensuar el relajamiento de algunas restricciones de ambas legislaciones financieras, reguladas por los bancos centrales, lo que según indican en Industria, “es el tema que más complejidad presenta”. Bianchi presentará los resultados de sus reuniones con funcionarios del BCRA. Mientras tanto, recordarán las actuales líneas disponibles de parte del Banco Nación y el BICE por el lado argentino y el Banco de Brasil y el BNDS de parte de los vecinos.

La integración está definida en términos sectoriales, dividiendo aguas según que el sector sea “sensible” o “estratégico”. Entre los primeros, que son intensivos en la utilización de mano de obra, se encuentra madera y muebles, línea blanca –heladeras, cocinas y lavarropas–, vinos y lácteos. El segundo grupo incluye al petróleo y gas, autopartes, aeronáutica y maquinaria agrícola. En el primer encuentro de integración productiva se convino una serie de reuniones entre los funcionarios de cada país y los empresarios locales. Las conclusiones de estos encuentros se van a poner sobre la mesa bilateral en Brasilia.

Según comentan en Industria, los empresarios argentinos mostraron su apoyo a la iniciativa, aunque la realidad en materia de integración es heterogénea según el sector que se trate. Uno de los más avanzados es el sector vitivinícola. En una situación parecida está el automotor, que goza de un convite especial que se realizará mañana, dado el peso específico que tiene en la estructura industrial de ambos países. En el caso argentino, la industria automotriz está liderando el repunte industrial desde la última parte del año, en buena medida impulsado por la demanda brasileña.

Además, los funcionarios relevarán la marcha del comercio bilateral, en especial en función de las restricciones que ambas administraciones imponen para controlar el flujo de importaciones. Durante el año pasado se dieron diversos cruces por este tema, donde Brasil siempre adoptó una postura a favor de la liberalización. Con la mejora en la coyuntura económica, los controles se redujeron, tendencia que Brasil busca que se intensifique. En tanto, en Industria indican que las trabas pueden relajarse pero no negociarán aquellas que se establecen sobre los denominados “sectores sensibles”.