Miércoles, 22 de septiembre de 2010 | Hoy
ECONOMíA › “NO HAY POSIBILIDAD DE REDISTRIBUIR SIN AFECTAR A SECTORES CONCENTRADOS”
El secretario general de la CTA reclamó asumir posturas firmes ante los factores de poder, al repasar los posicionamientos durante el último conflicto agrario. Fue durante la presentación de La economía argentina de la posconvertibilidad.
Por Cristian Carrillo
“No hay posibilidades de redistribuir la riqueza si no se mete la mano en los bolsillos de los sectores concentrados de la economía”, señaló el secretario general de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), Hugo Yasky. El dirigente sindical apuntó de esta manera a la dirigencia política y gremial que se manifestó a favor de las corporaciones agropecuarias durante el lockout granario contra la Resolución 125. “La intuición nos planteaba claramente que había que bancar esa política de las retenciones”, agregó Yasky durante la presentación del libro La economía argentina de la posconvertibilidad, que coordinó el economista Eduardo Basualdo. También estuvo presente el periodista Horacio Verbitsky, quien calificó al responsable del primer libro del Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (Cifra) como “un intelectual orgánico de la clase trabajadora”.
El encuentro estaba pautado a las 19, pero debido a la gran concurrencia se dispuso utilizar un salón más amplio, en el subsuelo del Centro Cultural de la Cooperación (CCC), lo que demoró una hora el inicio. En la primera fila pudo verse a varios dirigentes de la CTA y en un lugar central al diputado Martín Sabbatella (Nuevo Encuentro), quien por cuestiones de agenda debió irse apenas comenzado el evento.
El primero en hablar fue Verbitsky, quien se anticipó a aclarar que esta presentación nada tenía que ver con las elecciones que tendrán lugar mañana por la conducción de la CTA. “Es sólo una coincidencia”, reiteró el periodista. El libro es una recopilación de estudios económicos que realizó Cifra, el departamento de análisis de la central gremial. “La CTA tenía un centro de investigaciones económicas, en cuya formación participé, al igual que Basualdo, pero luego se transformó en un apéndice o banca parlamentaria de un partido de izquierda”, explicó. Verbitsky sostuvo que la CTA no aspira a ser un partido, sino una central sindical. Esto es lo que está en discusión en estos momentos.
Yasky señaló que la creación de Cifra responde a la necesidad de insumos teóricos para discutir otra distribución de la riqueza, distinta de la que hizo en la dictadura y los ’90. “Es enfrentar a los grupos dominantes que a través de las fundaciones y los gurúes de la economía y de una cantidad de personas que intelectualmente son berretas, de cuarta, pero que están todos los días en los canales de televisión hablando de la seguridad jurídica o del clima de negocios y diciendo las barbaridades más enormes que se pueden escuchar”, argumentó.
El secretario general, candidato para renovar ese cargo, consideró que la CTA tiene posibilidad de constituirse en una herramienta que convoque a la unidad del campo popular, sin “la soberbia y la pretensión” de “convertirse en la conducción de esa unidad”. “Si hay algo que está claro es que la distribución de riqueza no va a surgir ni de una maravillosa inventiva del mejor ministro de Economía ni de un decreto del presidente más generoso y revolucionario que podamos imaginar”, argumentó. Es por ello que el dirigente llamó a una movilización popular y de construcción desde la base social para enfrentar al poder fáctico.
En ese sentido, Yasky apuntó contra “el sector concentrado, el financiero, los multimedios, conservadores de la Iglesia, representantes de la burguesía agraria y las corporaciones”. También criticó a “viejos compañeros que hoy se encuentran en la vereda de enfrente”. A eso se sumó Verbitsky. “Es incomprensible que haya algunos sectores que participaron en esas luchas y en este momento no perciban la diferencia, que en este momento crean, simulen creer o les convenga creer, que el proceso político y económico que está viviendo la Argentina es equivalente al de entonces (los ’90) –señaló–. En cambio, creen que es el momento de tirar cascotes, con la increíble fantasía de que de un derrumbe del actual proceso pueda surgir algo positivo para el país”, agregó.
Basualdo fue quien brindó algunos detalles del libro. Sin embargo, opinó también sobre las próximas elecciones. “Se juega el futuro accionar de la CTA. No estamos discutiendo pasado, en eso estamos todos de acuerdo, lo hemos compartido y lo seguiremos compartiendo. Sí qué va a ser la CTA, lo cual es trascendente para la propia organización y para la clase trabajadora argentina”, aseguró. Según explicó, el libro abarca la evolución económica tras la crisis de 2001/2002 y sus antecedentes, enfatizando en el rol del sector agropampeano en la economía, desmitificando que haya resultado el centro de la recuperación de los últimos años.
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