ECONOMíA › EL ESCENARIO DE LAS FUTURAS NEGOCIACIONES
“No es como tres años atrás”
La firma del acuerdo stand by con el FMI, aunque de corto plazo y limitado a una reprogramación de vencimientos por ocho meses, cierra definitivamente una etapa en las relaciones con ese organismo. La verdadera negociación vendrá cuando asuma el futuro gobierno, sostuvo Oscar Cuattromo, miembro del Directorio del Banco Provincia de Buenos Aires, quien advirtió que el Fondo volverá a la carga con los argumentos de siempre: exigencia de fuerte superávit primario, que supondrá una política fiscal dura; un programa monetario muy ortodoxo (poca emisión de dinero) y el reclamo de reformas estructurales que incluirían un duro redimensionamiento (achicamiento) de la banca pública. La cuestión a dilucidar es cómo se parará el próximo gobierno frente al FMI. “El escenario es distinto al de dos o tres años atrás –apuntó Cuattromo–, hoy hay fatiga del ajuste, serios problemas de pobreza y un gobierno del PT en Brasil que, si hay posibilidad y voluntad de trabajar en conjunto, puede suponer un cambio de condiciones muy importante en la negociación.”
El economista frepasista, que llegó al Directorio del Provincia designado por la oposición en el congreso bonaerense, señaló los que, a su criterio, pueden resultar los principales puntos de confrontación en las futuras negociaciones:
u “En el FMI están convencidos de que la inflación es un problema de oferta de dinero y no de precios relativos”, señaló. Por ello la insistencia de contar con un “ancla monetaria” que neutralice la emisión. De la mano de dicho criterio vendrán las recomendaciones de una política monetaria fuertemente restrictiva cuyo efecto puede resultar contrario a la recuperación económica. Cerca de Roberto Lavagna, no son pocos los que entienden que son las estructuras monopólicas de los mercados de productos básicos en Argentina las responsables de la puja intersectorial de precios y no la oferta monetaria.
u “Un gobierno que siga la política económica del actual va a reclamar, en la renegociación de la deuda con acreedores privados, dos o tres años de gracia para empezar a pagar, y el Fondo va a querer que se empiece a pagar de inmediato”, arriesgó Cuattromo.
u “Al próximo gobierno le van a exigir (desde el FMI) un superávit primario de entre 3 y 4 puntos del PIB”, sostuvo el economista frepasista. Dicho superávit es la diferencia entre ingresos y gastos del sector público antes del pago de intereses de la deuda. Cuattromo llega a dicho porcentaje a partir de suponer que la pretensión del FMI será aumentar el superávit de 2,5 puntos, acordado con el actual equipo económico en la negociación que acaba de concluir.
u “Después vendrá la discusión sobre las reformas estructurales: al sistema financiero, a la política tributaria, al Estado, laboral, etc. La discusión será más reñida en la medida en que no sea Carlos Menem el próximo presidente. Por ejemplo, en el punto de la participación de la banca pública en el negocio financiero: si fuera por el FMI y Menem, estas instituciones se venderían de inmediato”.
u La disputa va a estar planteada en cuánto te aprietan en el tema fiscal y el monetario, y cuánto se quiera ceder como gobierno. Si se lo deja al FMI, pide sin límite, pero si se sigue la política que recomiendan, se acaba la reactivación”.
u “En todo esto hay que ver cómo juega Brasil, que tiene un enorme problema de deuda externa. Si Lula se planta frente a los organismos y, además, hay posibilidad de un trabajo en conjunto entre ambos países, las condiciones de la negociación cambian. El escenario es distinto al de tres años atrás, hoy hay fatiga de los pueblos con respecto a las políticas de ajuste y además hay serios problemas de pobreza en ambos países”.