El superávit comercial en 2010 fue de 12.057 millones de dólares, similar al registrado en 2008 antes del impacto de la crisis internacional. Con relación a 2009, cuando el menor ritmo de actividad implicó una caída de las exportaciones, el saldo positivo fue 28,6 por ciento más bajo. Los despachos al exterior estuvieron impulsados fundamentalmente por la buena campaña del agro y el avance de las industrias. El fuerte crecimiento económico se tradujo en una muy fuerte recuperación de las importaciones. En diciembre, el saldo fue de apenas 241 millones por el alza de compras industriales del exterior.

El ingreso de divisas en 2010 finalizó en un buen nivel, acompañando el fuerte crecimiento de la economía, cercana al 9 por ciento. Las exportaciones sumaron 68.500 millones de dólares, mientras que las importaciones llegaron a 56.443 millones, resultando un saldo comercial positivo de 12.057 millones. En 2009 esa diferencia fue de 16.888 millones, un valor más alto por la contracción de las importaciones derivada de la caída en el nivel de actividad. En 2008 había sido de 12.556 millones. Esta dinámica comercial estable en un contexto de fuerte crecimiento económico se explica por la suba de las exportaciones vinculadas con la soja y por la sustitución de importaciones de bienes de consumo.

En 2010, las exportaciones avanzaron un 23 por ciento, impulsadas más por cantidades (18%) que por precios (4%). La estructura de las ventas al exterior marca un avance relativo de los productos primarios, que constituyeron el 22 por ciento del total, en detrimento de las manufacturas de origen agropecuario (MOA), que terminaron en 33,4 por ciento. También creció el peso de las manufacturas industriales (MOI): hasta el 35 por ciento. El comercio exterior vinculado con el agro aportó más de 38 mil millones de dólares.

El salto más importante en las exportaciones lo dieron los porotos de soja, alcanzando los 5 mil millones de dólares, en el marco de una cosecha de soja record, seguidos por el maíz. Los productos primarios crecieron 63 por ciento interanual. En tanto, las exportaciones industriales avanzaron un 28 por ciento, impulsadas por el sector automotor, que aportó 8092 millones de dólares, por productos químicos, materias plásticas y metales preciosos a partir del empuje de la actividad minera.

“Comparado con la década del ’90, todos los sectores industriales aumentaron su participación en las exportaciones”, indicó la ministra de Industria, Débora Giorgi. Resaltó el desempeño de instrumentos médicos, autopartes, embarcaciones, textiles, maquinarias, y productos y aparatos eléctricos. En tanto, las MOA crecieron 8 por ciento, por el aumento en las ventas de aceite de soja y de biodiesel. El 25 por ciento del total exportado fue al Mercosur.

Por su parte, las importaciones avanzaron un 46 por ciento, por la suba de bienes intermedios (41%) a partir de la compra de suministros industriales, bienes de capital (40%), piezas y accesorios para bienes de capital (52%), combustibles y lubricantes (69%), y bienes de consumo, que lo hizo en un 30 por ciento. En tanto, la adquisición de vehículos terminados creció un 78 por ciento, reflejo del aumento del intercambio con Brasil. El 34 por ciento del total de las importaciones provino del Mercosur, y el comercio con el país vecino cerró con un déficit de más de 3 mil millones.