Las tenencias de activos externos por parte de argentinos en el exterior alcanzó a fines del año pasado los 176.853 mil millones de dólares, el equivalente al 49,7 por ciento del Producto Interno Bruto. La cifra publicada por el Indec representa un incremento de 11 mil millones de dólares con respecto a los registros de 2009. Se trata de los recursos que empresas, individuos y bancos poseen fuera del sistema local, ya sea en cuentas bancarias en Suiza o “debajo del colchón”. A su vez, el mismo informe extendido sobre el Balance de Pagos emitido por el organismo estadístico indica que la Inversión Extranjera Directa en el país ascendió hasta los 6200 millones de dólares el año pasado.

Los activos externos del sector privado no financiero ascienden hasta los 173 mil millones de dólares, mientras que las tenencias del sector financiero, contemplando a los bancos públicos, llegan a los 3300 millones de dólares. Solamente el 16 por ciento de los fondos está destinado a inversiones directas en activos productivos en otros países. Si bien los datos difundidos por el Indec no permiten conocer el destino del resto de los fondos se estima que la mayor parte de esos recursos no necesariamente está fuera del país, sino que forma parte del ahorro en moneda extranjera (fundamentalmente dólares) que poseen las familias en sus hogares o cajas de seguridad.

Por su parte, la inversión extranjera directa (IED) ascendió hasta los 6193 millones de dólares y mostró un crecimiento del 50 por ciento con respecto a los valores observados durante el año de la crisis financiera internacional (2009). El Balance de Pagos, cuya versión completa fue difundida ayer, considera IED a la reinversión de utilidades y el endeudamiento con las casas matrices y filiales. Esos conceptos representaron el 70 por ciento de la inversión extranjera durante 2010. En parte, el incremento en la IED se explica por el cambio de comportamiento de algunas empresas trasnacionales que una vez superado el peor momento de la crisis financiera global dejaron de pedir cancelaciones de deuda y pasaron a transformarse en acreedores de sus filiales. Según el informe del Indec, la “deuda con matrices y filiales” ascendió hasta los 2094 millones de dólares, mientras que durante el año anterior se había verificado una cancelación neta de 1010 millones de dólares.

Durante la década del ’90, el proceso de privatización y extranjerización de muchas empresas públicas y privadas convirtió al país en uno de los principales receptores de ese tipo de ingreso de capitales que redundaron en un proceso de desinversión local. El investigador de la Universidad de Quilmes Carlos Bianco estima que el 80 por ciento de los flujos de IED se fugan bajo la forma de remisión de utilidades y dividendos de las empresas trasnacionales. Entre 2002 y 2009, la IED proveniente del sector privado no financiero sumó 37 mil millones de dólares y las remesas, 29.992 millones de dólares.