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El Banco Central difundió un informe sobre el comportamiento del tipo de cambio multilateral, en el que evidencian dos situaciones: que la paridad entre la moneda local y el dólar se mantiene sin sobresaltos, acompañando la trayectoria de precios, y que la Argentina amplió su competitividad respecto de los países de la región. Pasada la histeria cambiaria que primó en la última parte de 2011, que se vio apuntalada por rumores de una carrera devaluacionista que iniciaría el Gobierno después de las elecciones de octubre último, los indicadores continúan exhibiendo un mercado cambiario estable y acotado por el poder de fuego del Central. El tipo de cambio nominal con los mayores socios comerciales del país experimentó una suba de 1,7 por ciento, guarismo que se reduce al 1 por ciento si se lo ajusta por la variación promedio de precios de cada país. Contra el dólar, la depreciación fue de 0,7 por ciento.

Un nuevo capítulo en la crisis financiera internacional modificó sustancialmente el mapa cambiario del mundo, debido a que cada país aplicó distintas recetas para amortiguar el efecto de una desaceleración económica global. Tal es el caso de Brasil, principal mercado para las exportaciones locales, que inició un fuerte proceso de depreciación de su moneda. Sin embargo, esto no pudo ser mantenido. El ingreso de recursos a ese país contrabalanceó la desvalorización del dólar a nivel internacional, ubicándose en 1,7064 reales por dólar. El Banco Central de Brasil intentó evitar esta apreciación en su moneda llamando a una subasta para comprar dólares en el mercado cambiario al contado, pero en lo que va del año el real se valorizó más del 9 por ciento.

El riesgo de una devaluación en Brasil llevó a que varios empresarios se quejaran en el país por una supuesta pérdida de competitividad de sus productos. En esa oportunidad, la presidenta del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont, sostuvo que no acoplaría la suerte del peso a los vaivenes cambiarios que mostraban algunos países, como Brasil, cuyas depreciaciones en sus monedas consideró transitorias. Según el informe del Central, en el primer mes del año el peso cerró con una depreciación nominal respecto de todos los países que integran la canasta de monedas –de socios comerciales–, con excepción de Dinamarca, Paraguay y la Zona Euro. En el caso del euro, la crisis financiera que afecta varios países de la región retrajo la cotización de la moneda comunitaria a sus mínimos en varios meses.

El cálculo del Central determinó que las empresas locales ganaron en el primer mes del año competitividad cambiaria respecto de sus pares de Brasil en un 3,2 por ciento: de Chile, 3,4 por ciento; y de México, 3,5 por ciento. El cálculo del tipo de cambio multilateral se elabora mediante el índice de precios oficial. En menor medida, también ganaron presencia frente a firmas de Uruguay, Japón, Malasia, Taiwán y Canadá, entre otros. De esta manera, se revirtió en el primer mes del año la tendencia que se verificó durante todo 2011, que ubicó al peso con una apreciación de 0,7 por ciento respecto de la moneda brasileña. En tanto, se perdió rentabilidad cambiaria en los negocios de exportación con Paraguay, en un 2,6 por ciento; la Zona Euro, 2,7 por ciento; Dinamarca, 1,7 por ciento; y Reino Unido y Suiza, en torno del 1 por ciento.

El informe del Central recuerda que durante 2008 el peso fluctuó con signos diferenciados con respecto al real, contra el que finalizó apreciándose en un 16,8 por ciento. Ante el dólar se depreció 8,5 por ciento, al igual que contra el euro, en 1,7. En 2009 existió una depreciación nominal contra los tres socios: Brasil (de 47,1 por ciento), Estados Unidos (10,9) y Eurozona (18,8). Durante 2010 se observó una depreciación del peso frente al dólar de 4,4 por ciento; y ante el real, de 8,2; mientras se apreció 6,2 frente al euro. El 2011 mostró una depreciación nominal del peso en relación con el dólar de 7,9 por ciento; y con el euro de 7,3; y una leve apreciación de 0,7 respecto del real.