ECONOMíA › BANCOS Y TARJETAS DE CRéDITO TRADICIONALES DEBERáN BAJAR COMISIONES O QUEDARáN AFUERA DE LOS SUPERMERCADOS
El Gobierno y las principales cadenas de supermercados avanzan en la creación de una tarjeta de crédito exclusiva para ésos y otros comercios. Sólo dejarán de lado la iniciativa si los bancos y los plásticos reducen sus comisiones a 0,75 punto.
› Por David Cufré
Las tarjetas de crédito tradicionales y los bancos emisores tienen plazo hasta el próximo viernes para acordar con el Gobierno una rebaja de las comisiones que cobran a los supermercados y otros comercios por las ventas con plásticos. Si hasta entonces no lograron satisfacer el reclamo oficial, el Poder Ejecutivo avanzará con la Súper Card, una nueva tarjeta de crédito emitida por las principales cadenas de supermercados que será exclusiva para esos locales, casas de electrodomésticos, supermercados chinos, carnicerías asociadas y, probablemente, estaciones de servicio de YPF. El secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, recibió esa instrucción de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien también le pidió al funcionario no limitarse a una rebaja de las comisiones de tres puntos a uno. Le reclamó que la caída fuera de 3 a 0,75. Con esa disminución de costos financieros inflados, el Gobierno pactará con los supermercados una extensión del congelamiento de precios hasta el 1º de julio.
Fuentes oficiales confirmaron a Página/12 que la movida tiene el máximo respaldo político. El tono que se escucha en despachos encumbrados es el mismo de otras acciones que terminaron siendo bisagra, como la recuperación de YPF o la estatización de las AFJP. El mensaje hacia los bancos y tarjetas tradicionales –Visa, Mastercard y American Express– es que la cosa va en serio. Acompaña ese discurso el movimiento acelerado de las mayores cadenas de supermercados para darle cuerpo a una idea que no es sencilla, pero que si se concreta resultará un duro golpe para el sector financiero: el lanzamiento de la Súper Card y la exclusión de los otros plásticos del mayor circuito de consumo nacional.
Los bancos y tarjetas recién están consiguiendo reaccionar tras el impacto que les causó la noticia el último viernes, cuando trascendió lo que se había resuelto en la habitual reunión de Moreno con comerciantes y empresarios de la carne. Hasta ahora hubo contactos informales entre referentes del sistema financiero y una comunicación del director del Banco Galicia, Federico Braun, con el secretario de Comercio Interior –como informó ayer este diario–, aprovechando su doble carácter de banquero y supermercadista, ya que es el dueño de la cadena La Anónima. Braun expresó su acuerdo con la medida, que rebajará costos a la cadena comercial, y entendió que los bancos deberán resignar rentabilidad o aceptar su desplazamiento a manos de la Súper Card. Entre hoy y mañana los bancos buscarán definir una línea de negociación con el Gobierno (ver aparte).
Informantes del Ejecutivo y del sector supermercadista señalaron a Página/12 que el objetivo es bajar costos financieros para conseguir una extensión del acuerdo de precios “por ochenta días”. Es decir, hasta el 1º de julio. Por un lado, Moreno y las empresas que conforman ASU –Carrefour, Walmart, Coto, Jumbo y Disco, entre otras– venían conversando sobre cómo ampliar el congelamiento más allá del 1º de abril. Y por otro, había malestar en el Gobierno por el carácter “parasitario” que presenta en ocasiones el sistema financiero. Los supermercados plantearon entonces el tema de las comisiones que les cobran las tarjetas, que oscilan entre 1,5 y 3 puntos, según el plástico y el banco, y reflotaron una idea ya analizada en el pasado de lanzar una tarjeta propia que englobe a todas las cadenas. Para que el proyecto prospere, la condición es que ese plástico sea excluyente en los súper, dado que de otra manera el público no encontraría grandes incentivos para gestionar un nuevo instrumento de pago.
El último fin de semana, los supermercados facturaron 1500 millones de pesos. El 40 por ciento de esa cifra fueron pagos con tarjetas de crédito. Si se recortaran dos puntos las comisiones que aplican los bancos y los plásticos, los comercios se ahorrarían 12 millones de pesos. Cuando el Gobierno extiende ese tipo de cuentas al total del mes, llega a la conclusión de que el ahorro obtenido permitirá a los supermercados mantener el congelamiento de precios. Moreno aceptará que la industria ajuste sus precios, dado el aumento de costos que implican las actualizaciones salariales, pero evitará que esa suba se traslade al consumidor recortando gastos a los súper por la vía financiera. Esa es la clave de la Súper Card o la negociación con los bancos en pos del mismo objetivo: reducir costos financieros y seguir con el acuerdo de precios.
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