El Gobierno oficializó ayer por decreto un nuevo régimen de promoción de inversiones petroleras. El texto establece que las empresas que desembolsen al menos 1000 millones de dólares en un proyecto hidrocarburífero podrán comercializar sin retenciones el 20 por ciento de lo producido a partir del quinto año de iniciada la inversión. Además, dispondrán libremente de las divisas generadas por la exportación de dicho porcentaje de crudo o gas. Esta medida fue recibida con satisfacción por las principales firmas de la industria (ver aparte). La primera beneficiada será la estadounidense Chevron, que está a punto de cerrar un acuerdo definitivo con YPF para extraer crudo no convencional de la formación Vaca Muerta.

El decreto destaca en su primer artículo que este incentivo para la producción de hidrocarburos, tanto convencionales como no convencionales, tiene como objetivo prioritario alcanzar el autoabastecimiento energético, perdido en los últimos años. El nuevo régimen es para las empresas que ya tienen concesiones de explotación y para terceros asociados a los titulares de un permiso, siempre que inviertan al menos 1000 millones de dólares en cinco años. El decreto aclara incluso que, en el caso de una modalidad asociativa, “las partes podrán convenir de qué modo se distribuirá entre ellas la aplicación del beneficio”.

La referencia a esos “terceros asociados” beneficiará no sólo a Chevron, sino también a todas aquellas empresas con las que logre asociarse YPF en los próximos años para desarrollar proyectos de inversión, fundamentalmente en Vaca Muerta. La consultora Ryder Scott destacó en febrero de 2012, en un informe encargado por Repsol cuando todavía estaba al frente de YPF, que la previsión de reservas en esa formación era de 22.837 millones de barriles equivalentes en un área de 8071 km2, donde YPF tiene una participación de 5016 km2. El acuerdo marco firmado con Chevron en diciembre establece que el plan piloto se realizará en un área de 290 kilómetros cuadrados, pudiendo extenderse hasta 600 kilómetros cuadrados en cinco años. Más allá de cuán sobredimensionadas pueden haber estado las proyecciones de Ryder Scott, lo seguro es que YPF controla un área mucho más amplia que la que explotará junto a Chevron.

De hecho, el 28 de diciembre del año pasado YPF firmó un acuerdo preliminar con la empresa Bridas, de los hermanos Bulgheroni, para explotar en conjunto un área de 663 kilómetros cuadrados también en la cuenca neuquina. A Bridas todavía le resta definir si participará como Bridas Energy o como Bridas Corp. La primera es propiedad sólo de los Bulgheroni, mientras que en la segunda tienen un 50 por ciento de las acciones y el otro 50 por ciento es propiedad de China National Offshore Oil Corporation (Cnooc). La intención de YPF y de los Bul-gheroni es sumar a Cnooc a ese emprendimiento y el decreto de ayer podría servir para que finalmente los chinos se decidan a participar.

Además de YPF y sus potenciales socios, el decreto también es un incentivo para las empresas que ya venían invirtiendo en Vaca Muerta, pero a un ritmo muy pausado. Según un informe publicado en la revista Petrotecnia en febrero de este año, con cifras actualizadas a noviembre de 2012, YPF concentraba 49 de los 67 pozos perforados, distribuyéndose el resto entre Pluspetrol (nueve pozos), Apache (tres), Pan American Energy (dos), Total (uno), Roch (uno) Medanito (uno) y AM Petrogas (uno).

La medida busca incentivar no sólo las inversiones en Vaca Muerta, sino también en pozos convencionales, aunque en ese caso la potencialidad es menor y en pocos casos se justifica una inversión de 1000 millones de dólares. Según el Instituto Argentino del Petróleo y el Gas, cerca del 50 por ciento de los pozos del país ya está en recuperación secundaria e incluso algunos en recuperación terciaria, lo que equivale a decir que tienen poco petróleo para dar.

Las empresas que cumplan con los requisitos fijados en el decreto, y con la reglamentación que deberá redactar la Comisión de Planificación del Plan de Inversiones Hidrocarburíferas, podrán exportar sin retenciones el 20 por ciento de lo producido y disponer libremente de las divisas, aunque en la norma se aclara que, si las necesidades internas de abastecimiento no están garantizadas al momento de obtener ese beneficio, deberán vender al mercado interno ese 20 por ciento, aunque se les garantizará un ingreso no inferior al precio de exportación de referencia, libre de retenciones. Además, tendrán derecho prioritario a obtener divisas de libre disponibilidad en el mercado de cambios, siempre que el proyecto aprobado oportunamente hubiese implicado el ingreso de divisas a la plaza financiera argentina por al menos 1000 millones de dólares.

En el decreto se aclara también que el Gobierno elaborará anualmente un informe que dé cuenta del grado de cumplimiento de los objetivos y en caso de detectar “incumplimientos sustanciales” el beneficio previsto cesará.

[email protected]