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“Desde el movimiento de productores, vemos con buenos ojos la creación de una Junta Nacional de Granos. Hay muchos lugares del mundo donde existen organismos similares. Esa junta podría marcar un precio mínimo sostén que regule el mercado, beneficiando a los pequeños productores.” La frase corresponde a Alfredo Camiletti, presidente de Federación de Cooperativas Fecofe. Ante la situación de especulación por parte de las grandes cerealeras que están reteniendo parte de la cosecha del año pasado, los pequeños productores comenzaron a reclamar una mayor participación del Estado en el comercio de granos, ya sea a partir de la recreación de la vieja Junta Nacional de Granos o con la creación de una agencia nacional de comercialización de alimentos. El denominador común para estos productores –muchos enrolados en la Federación Agraria, pero antagónicos a la conducción de Eduardo Buzzi– es evitar la posición dominante de las 10 cerealeras que manejan el 80 por ciento del mercado.

“Tenemos que impulsar una agencia nacional de comercialización de cooperativas de productores. El esfuerzo de los productores argentinos no puede quedar en manos de las diez empresas que manejan el comercio exterior de granos”, lanzó la semana pasada Julián Domínguez, presidente de la Cámara de Diputados. El legislador está trabajando en un proyecto de ley junto a la Corriente Agraria Nacional y Popular (Canpo) para crear un organismo que tenga un peso de compra fuerte en el mercado granario, otorgándoles protagonismo a las cooperativas.

La sustentabilidad de esta agencia estaría dada en ciertos reclamos por parte de países socios de la Argentina para que la comercialización se haga entre naciones. “Es el caso de China, donde nos están pidiendo que establezcamos relaciones comerciales entre Estados”, agregó Domínguez.

La creación de una agencia de estas características podría romper con la hegemonía de las cerealeras. “Debe existir esa agencia, similar a lo que fue la Junta Nacional de Granos, para evitar las prácticas monopólicas. Pero en la conducción deben participar las

cooperativas, esto es, que sea un ente público y privado, para que no se diga que es sólo el Estado el que monopoliza la comercialización”, enfatizó Esteban Motta, dirigente federado y presidente del Movimiento Argentino de Jóvenes Agrarios (MAJA).

En los últimos años, el gobierno nacional optó por otorgar a las cooperativas una mayor participación en el comercio exterior, de forma tal que pudieran competirles a las cámaras donde están nucleadas Cargill, Dreyfus, Nidera, Bunge, Vicentín, entre otras. Entre AFA –vinculada con Federación Agraria– y ACA –asociada a Coninagro–, en 2012 comercializaron el 12,4 por ciento de los granos (trigo, maíz y soja), y en 2013 un 14,35 por ciento, según surge de un informe del Ministerio de Agricultura.

“Siempre estuvimos de acuerdo con una Junta Nacional de Granos que beneficie al productor. El país puede producir cuatro veces más de lo que consume. Las cooperativas han crecido en estos últimos años, aunque faltan políticas agropecuarias que apunten a los pequeños productores y a la agricultura familiar”, sostuvo Mariela Speroni, concejal de Lincoln por el peronismo federal, ex aliada de Sergio Massa, e integrante de FAA.

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