Las cotizaciones de las monedas de los países emergentes se posicionaron en el centro de la agenda económica internacional, luego de que Rusia devaluó 20 por ciento el rublo por el impacto de la fuerte caída del precio de petróleo en sus cuentas externas. En Argentina se mantuvo la estabilidad cambiaria; el tipo de cambio oficial cerró ayer sin modificaciones a 8,56 pesos, mientras que el dólar ilegal se ubicó en 13,15 pesos, con una disminución de 2 centavos en relación con la jornada anterior. Economistas que conversaron con este diario aseguraron que la volatilidad del precio de los commodities les genera tensiones a las economías de la región a través de menores exportaciones, del incremento de la salida de capitales y del alza de expectativas de devaluación.

“El escenario mundial se complicó para países emergentes. La caída del precio del petróleo afecta fuerte a Rusia, que es dependiente de los hidrocarburos. Gran parte de su exportación se compone de hidrocarburos y derivados. En el caso de Brasil, se refleja en la fuerte baja de las acciones de Petrobras. Algunos dicen que es por efecto de los casos de corrupción, pero lo cierto es que la baja del crudo pulverizó el valor de mercado de la petrolera”, dijo a este diario Eduardo Crespo, economista de la Universidad de Río de Janeiro. Agregó que la disminución del precio del petróleo también afecta el precio de materias primas, que computan este combustible como uno de los costos relevantes para la producción. “El retroceso en el valor de los commodities potencia tensiones en las cuentas externas de estos países por menores exportaciones. Esto, a su vez, incrementa las expectativas de devaluación, por lo que aumenta la salida de capitales de estas economías y se acrecientan aún más las distorsiones externas”, indicó.

Este panorama de las economías emergentes afecta a la Argentina principalmente por el mayor estancamiento que experimentará la economía brasileña en los próximos meses. “En Brasil se prevé un fuerte ajuste fiscal para el año que viene, por lo que seguramente sea un año recesivo. Si a esto se le suma un precio del petróleo a 50 dólares, se suspenden proyectos de inversión y la actividad se complica aún más. Las exportaciones argentinas bajarán frente al menor movimiento económico de su principal socio comercial, más allá de que el real se deprecie o no”, aseguró Crespo. Sin embargo, precisó que “el menor valor del petróleo hace caer el peso de las importaciones y relaja las cuentas externas, lo que compensa en parte la caída de exportaciones”, cerró.