ECONOMíA
› REPRIVATIZACION DEL FERROCARRIL GENERAL BELGRANO
Pedraza con carga privada
El gobierno de Néstor Kirch- ner encaró ayer la reprivatización del Ferrocarril General Belgrano que hoy opera la Unión Ferroviaria, gremio del riel que hace más de diez años está en manos de José Pedraza. Aún no está decidido cómo se incorporará el capital privado, pero en el Gobierno no hay dudas acerca de que ésa es la única fórmula posible para reactivar la línea, cuyo parque se deterioró tras años de desinversión. Los planes también incluirían la posibilidad de resucitar el servicio de pasajeros de este ferrocarril que une la Capital Federal con provincias del noroeste.
En el Salón Blanco de la Casa de Gobierno se anunció la firma del documento que permitiría en el corto plazo convocar a una nueva licitación, luego de que el BICE (Banco de Inversión y Comercio Exterior) diseñe un futuro plan de negocios para esa línea de trocha angosta y aconseje sobre la esquema legal para sumar accionistas privados a un consorcio en el cual la Unión Ferroviaria seguiría conservando un lugar.
Tras varios llamados a licitación que resultaron desiertos, en 1999 el Belgrano fue adjudicado en forma directa y por treinta años al gremio de Pedraza, con el compromiso oficial de pagar un subsidio de 250 millones en un lustro, a razón de 50 millones por año. Pero esa subvención no se hizo efectiva, hecho en el que Pedraza se escuda para justificar que apenas el 20 por ciento de las vías está en buenas condiciones y que el 70 por ciento del material tractivo no está en condiciones operativas.
A pesar de esa degradación, la línea tiene su atractivo y por eso atrajo el interés de cerealeras y cementeras que transportan su producción por la zona en la que tiene la traza. Según información difundida por la Secretaría de Transporte, por esa línea se transportan básicamente granos y subproductos y azúcar, bienes de importancia relativa en los territorios por el que pasa el Belgrano.
Pero el desarrollo integral de la línea, que en parte nunca fue concesionada, también podría unir transversalmente el país vinculando la Mesopotamia con Cuyo, lo que lo transformaría en médula de un ferrocarril de nexo entre el Pacífico y el Atlántico. Como contrapartida de este negocio, el Gobierno exigiría la prestación del servicio de pasajeros, al que le reconoce una “importancia social” no necesariamente compatible con la renta.
El Ministerio de Planificación trabaja sobre la idea de canjear acciones por capital, bien sea a un único consorcio integrado por varios interesados o bien instrumentando trueques parciales. Pero la fórmula definitiva para reprivatizar esta línea carguera será definida por el BICE después de analizar detalladamente la actividad real y potencial y de hacer una ronda de consultas con quienes se identifiquen como firmes interesados. En cualquier caso, éstos deberían respetar el compromiso de respetar la plantilla de personal, condición que Pedraza habría negociado con la administración de Kirchner.