Martes, 13 de octubre de 2015 | Hoy
ECONOMíA › EN EL PRIMER SEMESTRE DEL AñO, SE CREARON CIEN MIL PUESTOS DE TRABAJO
Un informe de la Universidad de San Martín detalla que la recuperación de la actividad económica derivó en la incorporación de mayores empleados. El 45 por ciento de los nuevos puestos fueron en la construcción, el comercio y la industria manufacturera.
Por Javier Lewkowicz
La mejora en el nivel de actividad económica este año respecto a 2014 tuvo impacto positivo sobre el mercado de trabajo. Esa es la principal conclusión de un estudio que realizó el Círculo de Estudios Laborales (Celab) de la Universidad de San Martín. El informe consigna que en el primer semestre el sector privado creó 100 mil puestos de trabajo registrados en la construcción, el comercio y la manufactura. También se redujo el desempleo, aunque en este punto puede haber tenido impacto el “efecto desaliento”. Los indicadores de trabajo no registrado prácticamente no avanzaron. Según mediciones alternativas de inflación, el salario real de los trabajadores del sector privado registrado está estancado desde 2012 y es un 23 por ciento superior al del primer trimestre de 2008.
En términos generales, los indicadores laborales están relativamente estancados desde los últimos tres o cuatro años. Para los críticos del Gobierno, es síntoma de agotamiento del esquema macroeconómico de dólar bajo y política fiscal y monetaria expansiva. El kirchnerismo, por su parte, responde que los niveles de distribución del ingreso mejoraron mucho y que a pesar del deseo del gran empresariado, no han retrocedido, en un contexto externo que encima es negativo, a diferencia de la primera década del siglo XXI, la del “viento de cola”. De todas formas, el mercado laboral se acomoda, sin grandes movimientos, a la coyuntura económica. Empeoró en 2014 y se recompuso un poco este año.
En el primer semestre, la inversión pública mejoró los indicadores económicos de actividad con respecto al año pasado. El consumo público se incrementó 8,3 por ciento, el consumo privado, 0,8; y la formación bruta de capital, 2,9 por ciento, impulsada por el crecimiento de 8,6 de la construcción. En 2014, todos los componentes de la demanda (excepto el consumo público) se habían contraído. A nivel sectorial, los productores de bienes crecieron gracias a las actividades agrícolas y la mencionada construcción, mientras que la industria moderó su caída frente al año pasado. En tanto, los servicios avanzaron a partir del comercio.
En el segundo trimestre, la tasa de desocupación se ubicó en el 6,6 por ciento. Es uno de los valores más bajos desde 2003. Desde el Celab aclaran que es necesario observar el desempleo junto a la tasa de actividad (empleados y desocupados), “que continuó cayendo, en una evolución que resulta similar a la de otros países de América del Sur”. “En el caso particular de nuestro país, tal comportamiento podría estar influenciado, por un lado, por el efecto desaliento, según el cual algunas personas dejan de buscar trabajo activamente debido a que perciben que no habrán de encontrar un empleo que les satisfaga. También habría que contemplar otras causas de esta evolución, como la implementación del Plan Progresar, que estimula a los jóvenes a continuar sus estudios y, en consecuencia, a posponer su ingreso en el mercado de trabajo”, dice el informe.
El sector privado registrado en los primeros seis meses creó 100 mil puestos de trabajo. Los sectores productores de bienes incrementaron el empleo 2,4 por ciento, mientras que los servicios, 2,2 por ciento. El 45 por ciento del empleo generado se explica por la construcción, la industria manufacturera (que a pesar de estar estancada movilizó algo de empleo) y el comercio.
En términos salariales, el poder adquisitivo de los trabajadores registrados del sector privado medido según la inflación del IPC-nueve provincias y luego el índice que calcula el Estudio Bein está prácticamente en el mismo nivel que en 2012 y 2013. Sin embargo, en relación a 2008 se ubica un 23 por ciento arriba. La evolución del poder adquisitivo del universo de trabajadores descripto muestra además el impacto regresivo de la devaluación de comienzos de 2014: en el primer trimestre de ese año el salario real se deterioró un 9,5 por ciento en relación al mismo período del año anterior. Por otra parte, es esperable que las condiciones laborales y salariales sean peores para los trabajadores no registrados, aunque la información en ese caso sea más escasa.
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