ECONOMíA › SIGUE EL ESCANDALO POR UN AGUJERO FINANCIERO DE 10.000 MILLONES

El balance de Parmalat era pura crema

La crisis de Parmalat sería más grave de lo calculado en un primer momento: el agujero financiero del gigante de la alimentación italiano treparía a entre 7000 y 10.000 millones de euros, más del doble de lo que se creía. Ayer, uno de los fiscales que investiga el caso dijo que la falsificación de los datos es “evidente” y que los balances de la compañía “no son creíbles”. El escándalo no impidió el normal funcionamiento de la empresa, incluida su filial en la Argentina.
El pronunciamiento del fiscal adjunto Angelo Curto acerca de la posible falsificación de los balances hizo que la acción de Parmalat cayera otro 66 por ciento en la Bolsa de Milan. El papel, que hace apenas dos semanas se negociaba a 2,50 euros, ayer cerró a tan sólo 10 centavos. Las declaraciones del fiscal ocurrieron tras los testimonios prestados en Tribunales por ex directivos del grupo lácteo, entre ellos Alberto Ferraris y Luciano Del Soldato, quienes fueran directores financieros.
Parmalat es el octavo grupo industrial de Italia y tiene presencia en 30 países. En la Argentina facturó 190 millones de pesos este año, con la elaboración de yogures bebibles Yogurbelt, leches, dulce de leche Gándara y Chascomús y quesos marca Saavedra. Fuentes cercanas a la compañía dijeron a Página/12 que el trabajo en las tres plantas locales, donde se emplean 1200 personas, es normal y que seguían adelante con los planes de negocios, como el relanzamiento de la línea Yogurbelt.
El escándalo Parmalat se desató a fines de la semana pasada cuando el banco estadounidense Bank of America negó la autenticidad de un certificado por el depósito de 3950 millones de euros, en cabeza de Bonlat Financing Corporation, una de las controladas de Parmalat.
Las primeras investigaciones que se llevan a cabo en los tribunales italianos fueron incluso más allá. Fuentes judiciales, destacadas por los medios romanos, estimaron que el fraude involucraría a más activos del conglomerado y que podría alcanzar los 10.000 millones de euros. Tras el desplome de la acción, la capitalización bursátil de Parmalat se derrumbó a 89,7 millones de euros, a la par de varias pymes que cotizan en el recinto de Milán. Hasta antes de la crisis, la compañía tenía un valor de mercado de 1800 millones.
Ante este cuadro, el rumor en Roma daba cuenta de que la quiebra e intervención de la empresa sería decretada en las próximas horas. Mientras tanto, el presidente de la Cámara de Diputados, Pierferdinando Casini, ordenó una investigación parlamentaria sobre la crisis. Y el ex presidente del grupo, Calisto Tanzi, comenzó a ser investigado por presunta “falsificación de balances”. Un nuevo capítulo de la historia se escribirá esta tarde cuando la crisis sea analizada por el consejo de ministros del gobierno de Silvio Berlusconi. Mientras crecen las especulaciones sobre un posible rescate del gobierno italiano a Parmalat, la Unión Europea reclamó participar de las decisiones para evitar distorsiones que perjudiquen a las competidoras de Parmalat en el continente.

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