En la Nochebuena de 1914, a lo largo de cientos de kilómetros, miles de soldados ingleses y alemanes treparon de sus trincheras, intercambiaron regalos, cantaron villancicos, enterraron a sus muertos y jugaron al fútbol. Por primera vez sale a la luz la conmovedora historia de esa paz espontánea contada por sus protagonistas en cartas y diarios íntimos.