ECONOMíA › PANORAMA ECONóMICO

44 por ciento

 Por David Cufré

El dato pasó inadvertido entre tantas noticias catastróficas para la economía nacional, pero constituye una de las señales más claras y más alarmantes del proceso de desintegración industrial que otra vez vino a poner en práctica un gobierno neoliberal. Se trata del aumento explosivo de las importaciones de bienes de consumo. Según el Indec, las compras al exterior de esas mercaderías, que bajan de los barcos y llegan directamente a las góndolas o a las vidrieras de los comercios, se vienen acelerando mes tras mes, y en mayo llegaron al record –por ahora– de una suba del 44 por ciento interanual. La cifra está expresada en cantidades. Es decir que solo ese mes hubo un 44 por ciento más de productos extranjeros que un año atrás a disposición de los consumidores argentinos. En cinco meses, entre enero y mayo respecto de igual período de 2015, el incremento es del 21,3 por ciento en cantidades, mientras que los precios de esas compras bajaron 9,2 por ciento. La contracara de la aceleración importadora son los anuncios de despidos y suspensiones fabriles que empiezan a ser moneda corriente.

El salto del 21,3 por ciento acumulado en cinco meses a 44 por ciento solo en mayo parece confirmar lo que tanto temían las pymes: que el Gobierno está abriendo la economía cada vez más. En un contexto recesivo, de caída de demanda y aumento de costos por la suba de tarifas, de insumos con precios dolarizados, de combustibles, de logística y de alquileres, la mayor competencia externa es otro potente factor de desestabilización para la producción local. A eso se agrega que las exportaciones industriales sufren una caída ininterrumpida, que en mayo se extendió a 23 meses consecutivos, producto esencialmente de la debacle brasileña, generada a su vez por políticas de ajuste similares a las que puso en práctica el gobierno de Macri. “A excepción de los químicos, los metales y sus manufacturas, el retroceso de las exportaciones es transversal a todos los sectores industriales”, advierte un informe de la consultora Abeceb.com que analiza en detalle la información del Indec sobre el intercambio comercial. El ente oficial de estadísticas reportó que entre enero y mayo las ventas fabriles al exterior disminuyeron 11,7 por ciento en cantidades y 5,3 en precios en comparación con igual lapso del año pasado.

Las cifras de importaciones de bienes de consumo y de exportaciones fabriles ponen en evidencia que la devaluación estuvo lejos de favorecer al aparato industrial. No resultó un elemento que desalentara las compras, que como se ve no paran de crecer a pesar de la recesión, ni tampoco un incentivo determinante para las exportaciones, que permanecen planchadas más por un problema de demanda externa que de competitividad. Lo mismo les sucede a distintas economías regionales agropecuarias, como las de vinos, peras y manzanas, olivos, lácteos y porcinos. El aumento del tipo de cambio fue una de las decisiones principales del gobierno de Cambiemos, con resultados ruinosos no solo para los trabajadores, sino también para la mayoría de las actividades productivas.

La Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) elaboró un informe para ilustrar el impacto de la escalada de las compras de bienes de consumo sobre la producción pyme de los más variados sectores manufactureros. Evitó mencionar el nombre de las empresas que aportaron sus testimonios para neutralizar represalias oficiales, una precaución que a la luz de la reacción que viene mostrando el Ministerio de Producción frente a los documentos críticos de la entidad resulta atendible. Esa cartera, al mando de Francisco Cabrera, emitió un duro comunicado contra CAME cuando la confederación reportó una caída del 5,2 por ciento de la producción fabril de las pymes en mayo, dato que luego se vería corroborado por el Indec cuando sostuvo que la actividad industrial general –no solo de las pymes– se achicó ese mes un 4,3 por ciento interanual. De acuerdo al relevamiento de CAME, la disparada de las importaciones está ocasionando los perjuicios que se detallan a continuación a empresas de distintos rubros:

- Cristalería de Santa Fe: empezaron a ingresar productos similares a los que elabora esa planta, con precios un 50 por ciento más bajos, lo que implica una competencia muy difícil de sobrellevar.

- Fábrica de broches de madera y plástico de Santa Fe: “Si la apertura sigue sin ningún tipo de restricciones habrá que cerrar”, se lamentan sus dueños. Las importaciones están afectando las ventas, de por sí escasas.

- Fábrica de encendidos electrónicos para motos, reguladores de voltaje, bobinas, relay y destelladores de Córdoba: productos importados de menor calidad pero a mucho mejor precio y en importantes cantidades la está desplazando del mercado.

- Aserradero de Misiones: el ingreso de fenálico de países vecinos redujo su venta de madera con destino a encofrados. “En general, los aserraderos consultados señalan que no pueden competir con el ingreso de madera del exterior por los menores costos”, explica el documento de CAME.

- Fábrica de equipamiento hospitalario del gran Buenos Aires: las compras al exterior crecieron de manera exponencial y cada vez más licitaciones públicas resultan adjudicadas a importadores de esos insumos.

- Fábrica de equipos de medición de meteorología, oceanografía, hidrología y control de procesos de la Ciudad de Buenos Aires: “La importación de equipos e instrumentos de medición se hace sin ningún control, incluso con precios de dumping, en particular desde Europa y Asia”, sostiene CAME.

- Metalúrgica de San Isidro, provincia de Buenos Aires: compite directamente con productos chinos. Se ha visto muy afectada los últimos dos meses por la suba de costos y el estancamiento del tipo de cambio.

- Fábrica de prepolímeros de uretano de Benavides, gran Buenos Aires: “Declara que los productos importados tienen menores costos que los fabricados en el país y no está pudiendo competir”, señala CAME.

- Fábrica de moldes para inyección y matrices de Tigre, gran Buenos Aires: los clientes que trabajan habitualmente con la empresa volvieron a comprar a China y eso está perjudicando sus ventas. La misma situación se da con otras empresas del mismo rubro.

- Forestoindustria de Corrientes: están ingresando importantes cantidades de bienes con precios un 25 por ciento más económicos que los de la empresa nacional.

- Fábrica de sulfato de sodio anhídrico de La Pampa: las importaciones aumentaron 30 por ciento y eso provocó una fuerte caída de ventas de la empresa.

- Fábrica de fécula de mandioca de Misiones: “Ingresan productos desde Paraguay a precios mucho más bajos, ya que sus costos en combustibles, impuestos y salarios son muy inferiores”, explica el informe. Las importaciones en este rubro crecieron 30 por ciento en el primer trimestre.

- Empresa textil radicada en Corrientes, Entre Ríos y Chaco: las importaciones desde Asia y Brasil disminuyen sus ventas.

- Fábrica de lana de vidrio de Misiones: las importaciones se duplicaron en lo que va del año.

- Fábrica de cubiertos de mesa de la provincia de Buenos Aires: “Viene observando el ingreso de productos importados a muy bajo precio que le quita clientes”, afirma CAME.

- Fábrica de porteros eléctricos de Villa Martelli, gran Buenos Aires: la empresa se ve perjudicada por el mayor ingreso de productos importados, en torno al 10 por ciento en el primer cuatrimestre.

- Industria de forjado y estampado de metales de Gregorio Laferrere, gran Buenos Aires: “La empresa tuvo una baja importante de las ventas y la producción porque los clientes están comprando bienes importados”.

- Fábrica de productos deportivos de Villa Luzuriaga, gran Buenos Aires: la producción de la empresa cayó 60 por ciento entre enero y abril, en buena medida por su desplazamiento por bienes importados.

La diversificación de la muestra confirma que el desplazamiento de producción nacional por bienes importados es un problema estructural de la economía por la apertura indiscriminada, tal como sucedió con los proyectos de José Alfredo Martínez de Hoz en los 70 y Domingo Cavallo en los 90. La voluntad política expresada por el Presidente de llevar a la Argentina a la Alianza del Pacífico, un bloque que se caracteriza por sus elevados niveles de apertura a las importaciones, y a un acuerdo del Mercosur con la Unión Europea señala que los males que padece la industria nacional no son circunstancias del primer semestre o del segundo semestre, sino el inicio de un camino que lleva a su achicamiento, concentración y extranjerización. Los trabajadores y las pymes son las principales víctimas del proceso.

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Imagen: Jorge Larrosa
 
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