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El ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, salió ayer a respaldar las negociaciones que lleva adelante el titular del Palacio de Hacienda, Roberto Lavagna, con el FMI. De Vido dijo que tiene una “absoluta confianza en el ministro de Economía, quien lleva adelante las negociaciones en líneas correctas”, tanto con los acreedores privados como con el organismo multilateral de crédito.
Por otro lado, el ser consultado sobre las críticas que surgieron desde las empresas petroleras por el incremento de las retenciones, que dejaron entrever que ese sector ya no es un buen negocio en la Argentina, De Vido les restó importancia al asegurar que son sólo palabras de ocasión. “Como decía mi abuela italiana, parole, parole, parole”, dijo el ministro.
Por su parte, el secretario general de la Comisión Económica para América latina, José Luis Machinea, estimó que la Argentina, “necesita una quita importante en la deuda para crecer más”, en tanto pronosticó un mejor clima para los negocios en la región, que el país deberá sostener con un buen acuerdo con los acreedores privados. El ex ministro de Economía del gobierno aliancista advirtió que los principales países de la región deberían cuidarse de subir sus tasas de interés “para no ahogar la reactivación”, y opinó que el sistema financiero argentino “ha tendido a regularizarse, aunque queden asignaturas pendientes”.
En tanto, economistas de diferentes líneas coincidieron ayer en que las críticas que formuló Lavagna al Fondo son parte de la estrategia para apurar la aprobación de la tercera revisión de las metas del acuerdo vigente y no implican un corte de la relación. “Lavagna no se enoja en forma emocional, sino en forma estratégica y táctica, él dice que el Fondo no sabe lo que hace, es una reacción al hecho que se ha demorado en la revisión del programa”, opinó Claudio Loser, ex funcionario del FMI que tenía a cargo el caso argentino. Matías Kulfas, gerente de Estudios Económicos del Banco Ciudad, apuntó que “si la población apoya la protesta de Lavagna, podemos vivir sin el FMI y forzar un buen acuerdo con los acreedores”.