ECONOMíA
› ACUERDO CON LOS PROCESADORES
AVICOLAS POR EL PRECIO DEL POLLO
Abaratando la canasta de a uno por vez
El Gobierno firmará la próxima semana un acuerdo con los productores lácteos para bajar el precio de la leche. Ayer, hizo lo propio con la Cámara de Procesadores Avícolas (CEPA) para llevar el precio del kilo de pollo en góndola a 3,80 pesos, lo que equivale a una disminución de entre 6 y 9 por ciento. Anteriormente, la Secretaría de Agricultura había pactado con los frigoríficos una rebaja en cinco cortes de carne populares del 10 por ciento. La estrategia para contener el alza de los productos más sensibles de la canasta alimentaria se completó con otro convenio que la misma repartición suscribió con los supermercados Disco, Jumbo, Coto, Wal-Mart, Carrefour, el mayorista Makro y la Asociación de Supermercados Unidos (ASU), que se comprometieron a trasladar a sus precios las mermas acordadas por el Gobierno con frigoríficos y empresarios avícolas.
El Gobierno utilizó el boicot contra Shell y Esso como un caso testigo para enviar un mensaje al resto de las empresas del país. Al jugar tan fuerte contra esas multinacionales, que tienen hasta el apoyo del FMI, el Poder Ejecutivo reforzó su autoridad para negociar con otros sectores. Lo primero que consiguió fue que Repsol-YPF y Petrobras, que son los que están sacando la mayor tajada de la renta petrolera, se abstuvieran de multiplicar esas ganancias con un nuevo aumento de los combustibles a nivel interno, despegándose –por esta vez– de Shell y Esso. El segundo logro del Gobierno fue convencer a frigoríficos, productores avícolas y supermercados de que dieran marcha atrás con las subas del verano.
La próxima tarea es bajar el precio de la leche. Técnicos de la Secretaría de Agricultura se reunieron ayer con sus pares de las compañías que dominan el 90 por ciento del mercado: La Serenísima y SanCor. En principio, se sentaron a negociar sobre el precio del sachet de leche, que caería en torno del 10 por ciento. La baja se aplicaría sobre las segundas marcas. El secretario Miguel Campos adelantó ayer que el acuerdo se firmaría la próxima semana, aunque hay alguna posibilidad de que los anuncios se hagan hoy.
“No entregamos nada a cambio”, aseguró un funcionario de Economía respecto del contenido de los convenios. El Estado tiene muchas formas de presión para forzar las rebajas –cuota Hilton, inspecciones impositivas, Ley de Defensa del Consumidor y de la Competencia, retenciones, apertura a la importación– y otros tantos mecanismos más amigables. En el caso de los pollos, Agricultura se comprometió a gestionar créditos baratos ante la banca pública para promover el desarrollo de los productores avícolas.
“Tenemos capacidad para producir más pollos pero no los galpones donde alojarlos y por eso le pedimos al Gobierno la implementación de líneas de crédito genuinas que nos permitan ampliar nuestra infraestructura para poder tener una mayor producción, porque en este momento no tenemos capacidad ociosa”, explicó Roberto Domenech, presidente de CEPA, luego de la firma del acuerdo. En concreto, el documento establece que el pollo se venderá a 3,80 pesos el kilo en góndola. Los productores se comprometen a entregarlo a 2,70 más IVA, a lo que hay que agregar alrededor de un 15 por ciento de costo de comercialización.
El acuerdo es por 90 días, prorrogable por otros dos meses si los costos de la producción se mantuvieron estables. Una comisión integrada por representantes del sector público y del privado hará un seguimiento sobre la evolución de los precios. Los supermercados, por su parte, se comprometieron a trasladar las rebajas. En estos momentos, en esos centros de venta el kilo de pollo ronda los 4,04 pesos el kilo. En carnicerías se consigue a 3,70, mientras que en granjas que reciben la mercadería directamente del productor se comercializa a 3,40. Pero los supermercados son los que manejan el mercado. Y lo mismo ocurre con la carne. De allí que en Agricultura creen que las carnicerías se verán forzadas a corregir sus precios, para no quedar descolocados.
El plan oficial contra la suba de precios se completará con una nueva campaña para desalentar el consumo de los productos alimenticios que más aumentaron en los últimos meses. Página/12 reveló ayer esa lista de 30 bienes, que incluyen desde jamón hasta quesos y helados. La yerba también registró subas, pero por ahora un acuerdo para bajar su precio parece más complicado, puesto que el problema estaría en la comercialización. Por otra parte, la subsecretaria de Defensa del Consumidor, Patricia Vaca Narvaja, indicó que en las dos primeras semanas de marzo un conjunto de 59 productos alimenticios bajó un 0,7 por ciento en promedio. De esa lista, 23 productos aumentaron y 36 disminuyeron.
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