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Finalmente, tras meses de tironeos, acusaciones y declaraciones cruzadas con el gobierno, Aguas Provinciales de Santa Fe, que comparte accionista principal con Aguas Argentinas, dejará de prestar el servicio de agua potable y cloacas en 15 municipios de la provincia. Anoche el directorio de la concesionaria, encabezado por el grupo francés Suez, resolvió iniciar gestiones con el gobierno de Jorge Obeid para terminar la relación contractual de manera “ordenada en el corto plazo”. Según pudo saber Página/12, la intención de los accionistas de la empresa es rescindir el contrato vigente, dentro de los próximos 30 días, tras acordar los términos de la salida. El ministro de Obras Públicas de la provincia, Alberto Hammerly, adelantó a este diario que “una vez concluidas las negociaciones, la provincia se hará cargo del servicio. Por lo pronto, el gobernador no tiene pensado llamar a una nueva licitación ni transferir su control a los municipios”.
“El directorio de Aguas Provinciales de Santa Fe instruyó al Comité Ejecutivo para procurar tratativas con la provincia, que en el marco de la terminación de la relación contractual permitan una salida ordenada en el corto plazo.” Con este escueto comunicado, la empresa informó anoche su decisión de abandonar la concesión iniciada el 5 de diciembre de 1995, tras la licitación efectuada por el gobernador Carlos Reutemann.
Lejos de sorprender, la determinación de la firma, cuya mayoría accionaria está en manos del grupo francés Suez Lyonnaise des Eaux (51,69 por ciento), se venía madurando desde hacía tiempo. El propio Hammerly había estimado el viernes pasado que existía un 80 por ciento de posibilidades de que la empresa abandonara la concesión, después de que el gobierno rechazara las exigencias de la empresa para proseguir con la concesión. Aguas Provinciales pretendía modificar la ecuación económica mediante aumentos de tarifas, subsidios o bien beneficios impositivos. Tras el rechazo al planteo, ayer la propia compañía inició los pasos para dejar de operar en Santa Fe.