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El Gobierno y la Unión Industrial Argentina unificaron criterios para encarar una nueva ronda de negociaciones con Brasil. Néstor Kirchner, Roberto Lavagna, Rafael Bielsa y Julio De Vido viajarán el próximo martes a Brasilia para participar de una cumbre entre el Mercosur y el bloque de países árabes. Al margen de la agenda oficial de ese encuentro, el principal interés de la delegación argentina es lograr que el gobierno de Lula acceda a equilibrar el comercio industrial entre ambas naciones. Esa pretensión recoge, lógicamente, el respaldo absoluto de los fabricantes locales. La cúpula de UIA lo expresó ayer en una reunión con los responsables directos del área, el secretario Miguel Peirano y el subsecretario Federico Poli.
La Cancillería, por su parte, les hizo saber a los empresarios que es “muy optimista” respecto de la posibilidad de que Brasil acepte los pedidos argentinos. Hace más de un año que Lavagna propuso al mayor socio del Mercosur establecer una serie de mecanismos que sirvan para amortiguar eventuales desajustes macroeconómicos. Por ejemplo, frente a devaluaciones o períodos de fuerte expansión de un lado y recesión del otro. Las medidas también deberían ayudar a compensar las naturales diferencias de tamaño de ambas economías. El objetivo, en definitiva, es que las exportaciones de un país no dañen a los productores fabriles del otro. “Hay que compensar el intercambio intraindustrial”, definió Lavagna en su documento.
Hasta ahora, el gobierno de Brasil rechazó la iniciativa argentina. La respuesta de este lado fue aplicar medidas unilaterales de protección a los sectores afectados por las importaciones, como textiles y electrodomésticos. Peirano ratificó ayer frente a los directivos de la UIA que se mantendrá esa política si continúa la resistencia brasileña. Pero las expectativas son favorables.
Más allá del tema Brasil, la reunión sirvió para confirmar la sintonía entre la UIA y el Gobierno. Tanto unos como otros quieren estrechar ese vínculo. El Ejecutivo pretende demostrar que está jugado a potenciar el desarrollo de la producción y prefiere respaldarse en este sector empresario. Otras entidades gremiales, como la Asociación Empresaria Argentina (AEA), que reúne a las compañías más grandes del país, o la Sociedad Rural, no caen tan simpáticas en la Casa Rosada. Kirchner les reprocha sus reclamos por los problemas de abastecimiento energético y la demanda constante de baja de retenciones.
La UIA, en cambio, enfatiza su apoyo a las políticas del Ejecutivo. Ayer elogió la definición del Presidente de que “hay que reindustrializar al país”. Otro de sus gestos fue armar una conducción unificada, tal como le habían pedido las máximas autoridades. Kirchner, Lavagna y De Vido les reclamaron a los empresarios que terminaran con sus peleas internas –que los mantuvieron inmovilizados durante dos años– y construyeran una entidad fuerte con peso para hacer oír su opinión.
“Hace 20 años que estoy en la dirigencia empresaria. Pocas veces vimos un gobierno que ponga tanta firmeza en la defensa del interés nacional”, enfatizó José De Mendiguren, quien volvió al primer plano de la UIA. Lo dijo, también, por la postura en el Mercosur. “El gobierno y el sector privado brasileño ahora nos escuchan porque tenemos el respaldo de nuestras autoridades”, agregó el ex ministro de la Producción. El comité de presidencia de la UIA estará en Brasilia junto a la delegación oficial. Los directivos de la central fabril se entrevistarán con altos funcionarios y empresarios del país vecino. Son los mismos que ayer se reunieron con los hombres del Ministerio de Economía, encabezados por Héctor Méndez (presidente electo) y Alberto Alvarez Gaiani (actual titular).
Peirano, quien fue economista de la central fabril, resaltó ante los empresarios que el Gobierno tomará a la industria como eje de su políticaeconómica. “Seremos coherentes con esa postura en las negociaciones internacionales”, prometió. También señaló que la asignación de recursos del superávit fiscal tiene en cuenta esa postura. Por ejemplo, con la compra de dólares a un ritmo de casi 100 millones diarios y con el lanzamiento de nuevos planes de promoción de inversiones.