El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, aseguró ayer que el Gobierno empezará a “normalizar” las exportaciones de carne, pero que eso se hará “poco a poco”. La decisión la tomó el presidente Néstor Kirchner luego de analizar un informe elaborado por técnicos de la Secretaría de Agricultura, donde se recomienda levantar la veda de manera gradual, comenzando por los cortes Hilton que no están incluidos en la prohibición anunciada el 8 de marzo, pero permanecen detenidos en el Puerto de Buenos Aires desde Semana Santa. Lo que aún no definió Kirchner es cuándo dará luz verde a los contenedores, ya que no quiere que su anuncio sea interpretado como una consecuencia de la fuerte presión que vienen ejerciendo productores y exportadores.

El informe de Agricultura aclara que la carne fresca correspondiente a la cuota Hilton (bife, cuadril y lomo) se puede conservar cerca de 90 días antes de echarse a perder. Ya pasaron 30 desde que fue producida y otros 20 tardará en llegar en barco a Europa. Eso otorga un plazo de cuarenta días, pero a medida que se demora la resolución, el margen que le queda al distribuidor europeo para comercializar la carne se acota y eso repercutirá en una baja en los precios. El secretario Guillermo Moreno intentó apurar la decisión de Kirchner el martes pasado, pero salió poco menos que corriendo del despacho presidencial. En la Aduana permanecen detenidos 330 contenedores que contienen como mínimo 3300 toneladas (10 toneladas por contenedor), pero las fuentes consultadas por Página/12 señalaron que los cortes Hilton representan menos del 30 por ciento de ese volumen.

Los grandes exportadores afirmaron en los últimos días que si la Argentina no permite la venta de esos cortes podría llegar a sufrir sanciones por parte de la Unión Europea. Ayer trascendió a través del diario El Cronista que la Asociación de Industria y Comercio de la Carne italiana envió una carta al embajador argentino ante la Unión Europea, Gustavo Idigoras, donde reclama desbloquear de inmediato los embarques ya comprados y amenaza con recurrir al Comité de la Unión Europea para que se reconsidere la cuota de 28 mil toneladas anuales que recibe la Argentina si el Gobierno mantiene cerrada la exportación.

La cuota Hilton surgió en la Ronda Tokio del GATT en 1979, cuando la entonces Comunidad Económica Europea decidió compensar a varios países por las pérdidas que generaban las barreras arancelarias a los exportadores de cereales y oleaginosas. La cuota comenzó en 1980 con 5 mil toneladas anuales. En 1983 ascendió a 12.500 por el ingreso de Grecia a la Comunidad, ya que los exportadores argentinos no podrían seguir comerciando con ese país como lo venían haciendo hasta entonces. La misma lógica operó cuando se elevó el tope a 17 mil por el ingreso de Portugal y España. Se llegó a un máximo de 32.625 en 1994 y luego se estabilizó en 28.000 toneladas. La cuota no fue para promocionar el comercio de carne sino una simple compensación por la competencia desleal. Por lo tanto, fuentes consultadas por Página/12 coincidieron en afirmar que no se le puede quitar a la Argentina y reasignársele a otro país.

A la presión ejercida por los grandes exportadores, se sumó ayer el reclamo de los productores convocados por las Confederaciones Rurales Argentinas en Villa Mercedes, San Luis. Los más radicales insistían en la necesidad de decretar una huelga consistente en no enviar ganado al Mercado de Liniers, pero terminó primando una posición más cautelosa consistente en postergar la decisión hasta la semana próxima, cuando se realice una nueva asamblea en la localidad de 9 de julio. La dirigencia del campo ha venido dilatando la definición, ya que confía en que la próxima semana pueda haber novedades.