El Ministerio de Fomento español informó ayer que “se está ultimando un acuerdo” con la aerolínea alemana LTU para que se haga cargo de las rutas que volaba Air Madrid antes de suspender sus operaciones, incluido el trayecto hacia Argentina. Según trascendió, la compañía ingresante estaría dispuesta a absorber a la mitad de los trabajadores despedidos y a transportar a quienes hayan adquirido pasaje con la frustrada aerolínea, previo pago de un suplemento de 250 euros, pero no se haría cargo de las deudas, pues la operación no supone la compra de la empresa. En España se especulaba ayer con la posibilidad de que LTU comience a prestar el servicio a fines de enero, pero especialistas del sector aseguraron a Página/12 que para reemplazar a Air Madrid en sus vuelos hacia Argentina, la compañía germana se deberá radicar en España y obtener un certificado de operador aéreo español, trámite que podría demorar hasta seis meses.

Air Madrid inició su actividad en 2004 y el 15 de diciembre del año pasado, apenas dos años y seis meses después de su vuelo inaugural, suspendió las operaciones, dejando varados a 130 mil pasajeros en España y Latinoamérica. Un dispositivo de emergencia puesto en marcha por el Ministerio de Fomento español entre los días 15 y 21 de diciembre permitió, a través de 16 vuelos especiales y la colocación de algunos pasajeros en plazas libres de otras compañías, solucionarles el problema a más de 5500 clientes.

Luego el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero interrumpió la ayuda argumentando que “no era una agencia de viajes dispuesta a financiar las vacaciones de los estafados”. Sin embargo, desde entonces se han estado buscando alternativas que permitan salvar los puestos de trabajo y ofrecerles una solución a clientes, pues, más allá de las declaraciones, el final de Air Madrid también es responsabilidad de la autoridad regulatoria.

LTU fue una de los primeras aerolíneas interesadas en adquirir Air Madrid. Jürgen Marbach, gerente de la compañía germana, se trasladó a la capital española el 27 de diciembre para negociar la compra, pero dos días después retiró la oferta debido a las dificultades existentes para cerrar la operación. A fines del año pasado, Air Madrid tenía una deuda “a corto plazo” con acreedores de 94,5 millones euros y un activo circulante de apenas 17 millones de euros, con lo que sufría un “estrangulamiento financiero”. Además, en las últimas semanas los nueve aviones de la compañía, adquiridos a través del régimen de “leasing”, han sido devueltos a sus propietarios originales para evitar que una suspensión de pagos, a punto de ser decretada por los tribunales madrileños, bloquease los aparatos al poder ser considerados patrimonio de la empresa.

Este escenario forzó al gobierno español a intentar encontrar una alternativa al margen de la propia empresa. El acuerdo anunciado ayer va en esa dirección, pero aún presenta demasiados interrogantes. Según se adelantó ayer desde el Ministerio de Fomento, LTU absorberá a 568 trabajadores de Air Madrid (52 por ciento del total) y comenzará a prestar servicio entre España y seis países latinoamericanos (Argentina, Chile, Costa Rica, Ecuador, Panamá y Perú) utilizando sus rutas. La compañía podría hacerse cargo del servicio a fines de enero bajo las siglas LTU y luego se crearía una filial LTU-España, trámite que podría demorar hasta seis meses.

Sin embargo, dos especialistas del sector destacaron a Página/12 que LTU no podrá utilizar las rutas de Air Madrid para volar hacia Argentina porque es una compañía alemana y el convenio bilateral firmado con España en 1947 sólo autoriza a operar bajo ese paraguas a aerolíneas de ambos países. “Si quieren que LTU tenga los mismos derechos que una compañía española se deberá constituir como tal y obtener un certificado de operador aéreo emitido por ese país; de lo contrario no podrá reemplazar a Air Madrid”, señalaron a este diario. LTU es propiedad de un grupo turístico alemán creado en 1955 con el nombre de LufttransportUnion en Frankurt y tiene su sede actual en Düsseldorf, lejos de Madrid.