Lunes, 31 de agosto de 2009 | Hoy
ECONOMíA › ENTREVISTA A OSVALDO LOVEY, INTERVENTOR DEL INSTITUTO DE COLONIZACIóN DEL CHACO
El funcionario, ex dirigente de las Ligas Agrarias, aseguró que las entidades que integran la Mesa de Enlace no tienen capacidad de movilización fuera de la Pampa Húmeda, donde predominan los pequeños y medianos productores.
Por Fernando Krakowiak
Osvaldo Lovey es interventor del Instituto de Colonización del Chaco y ex dirigente de las Ligas Agrarias, un movimiento rural de pequeños y medianos chacareros enfrentado históricamente a la Federación Agraria. En diálogo con Página/12, sostuvo que en su provincia la Mesa de Enlace tiene escasa representación y remarcó que la protesta rural está pasando desapercibida. “Lo que están haciendo es un paro dominguero”, disparó.
–El año pasado, la Mesa de Enlace sumó a su reclamo contra las retenciones a un amplio abanico de pequeños y medianos productores. ¿Esta nueva protesta también cuenta con la adhesión de esos sectores?
–Durante el conflicto del año pasado, la Mesa de Enlace logró concitar la atención fundamentalmente de sectores urbanos. Los pequeños productores de todas las regiones del país dejaron en claro que hay otro campo que no está representado por la Sociedad Rural, Confederaciones Rurales, Federación Agraria y Coninagro. Basta con recordar las imágenes de aquellos cortes de ruta para darse cuenta de que a excepción de algunos grupos que se sumaron por razones políticas, como el de Raúl Castells, el resto eran grandes productores y algunos medianos. En Chaco, los pequeños productores nunca se sumaron a la Mesa de Enlace y ahora pasa lo mismo. El miércoles pasado, las entidades realizaron un acto en Charata, donde no llegaron a juntar 200 personas.
–La Federación Agraria dice que representa a los pequeños productores.
–En la práctica no es así. La Federación Agraria abandonó sus históricas reivindicaciones para seguir a los grandes productores. En los meses previos a la creación de la Mesa de Enlace, cuando ya había malestar por el porcentaje de las retenciones, decía que no estaba en contra de las retenciones siempre que fueran acompañadas de un precio sostén para los pequeños productores que les garantizara un margen de ganancia adecuado. Eso es muy diferente porque plantear precios sostén implica hacer un análisis de costos de producción zona por zona y a partir de allí establecer los márgenes que corresponden.
–¿Por qué modificaron su posición?
–Porque se integraron a la Mesa de Enlace y se aliaron con las entidades que históricamente han representado a los sectores oligárquicos de la economía agraria.
–Un cambio como el que usted remarca no se produce de un día para el otro.
–Fue la consecuencia de un proceso. En sus orígenes, Federación Agraria peleaba por los arrendatarios que tenían que alquilar tierras para poder trabajar, pero hoy representa a propietarios de la Pampa Húmeda, que les alquilan tierras a productores más grandes o pooles de siembra y viven de rentas. No laburan.
–El vicepresidente de Federación Agraria, Pablo Orsolini, es uno de los referentes rurales del Chaco.
–Federación Agraria se maneja en el Chaco apenas con media docena de referentes zonales y más abajo no tienen nada. Una cosa es arrogarse la representación y otra muy diferente es representarlos. De las 16 mil explotaciones agropecuarias que hay en el Chaco, más de 12 mil están por debajo de las 60 hectáreas y le puedo asegurar que no están representadas por ninguna de las entidades de la Mesa de Enlace.
–Tal vez no representan a los pequeños, pero sí a los medianos productores.
–Ni siquiera. La Asociación de Productores Chaqueños y las Ligas Agrarias reúnen a más productores medianos que la Federación Agraria, y a nivel nacional se expresan en el Foro de la Agricultura Familiar, que está coordinando acciones en el ámbito de la Subsecretaría de Desarrollo Rural y Agricultura Familiar de la Nación.
–Desde Buenos Aires parece que tuvieran una representación mayor.
–Los grandes medios de comunicación hacen ver la realidad de esa manera porque tienen un interés político detrás.
–¿Ni siquiera durante estos días de protesta se nota la presencia de los productores de la Mesa de Enlace?
–La protesta está pasando totalmente desapercibida y en el campo no hay actividad porque se está esperando la llegada de las lluvias para poder iniciar la siembra del girasol. Se han sembrado muy pocos lotes y el resto está prácticamente parado. Además, la venta de animales para consumo ya venía siendo mínima debido a la sequía. Lo que están haciendo es un paro dominguero.
–¿Y cuál es la situación de los pequeños productores?
–El pequeño productor no participa de la agricultura industrial. Está más vinculado con la producción familiar de frutas, verduras y hortalizas. Es un sector diferenciado que está presente en todas las regiones del país y que en muchos casos también tuvo que alquilar sus lotes a productores que siembran soja debido a la crisis en que han caído sus modelos productivos. Desde el Estado hay que trabajar con fuerza para que este sector vuelva a producir en forma directa. Se deberían aprovechar mejor las ventajas que ofrece la exportación de commodities. Establecer políticas diferenciales que garanticen un precio sostén por región y redireccionar las ganancias adicionales a la reactivación de la agricultura familiar porque necesitamos producir alimentos. La soja no es un alimento, es un forraje. Además, la agricultura familiar es el único sector del campo que va a generar mano de obra genuina. La agricultura industrial no genera mano de obra. Al contrario, la expulsa y la sustituye por maquinarias.
–Lo que propone es recrear una Junta Nacional de Granos.
–Por supuesto. No sé si de la misma manera, pero el Estado tiene que intervenir en el comercio internacional de los productos agropecuarios. De otra manera no se puede hacer porque si uno pretende que las multinacionales generen la distribución de la riqueza, estamos perdidos.
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