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El presidente del gobierno español, José María Aznar, apoyó las últimas medidas económicas, mientras que Brasil ya descuenta un fuerte déficit comercial con Argentina y en Estados Unidos una retracción más pronunciada del Producto Bruto y la persistencia de la crisis. Estas fueron las principales opiniones que circularon ayer por el mundo sobre el país.
Aznar aseguró que las medidas implementadas por el Gobierno van en la dirección correcta y pidió a las empresas de su país con inversiones en Argentina que sean “coherentes con la inversión estratégica”. “Ya sabemos que la amenaza es la hiperinflación”, señaló, al tiempo que instó a la comunidad internacional a “orientar las cosas en la buena dirección”.
En Brasil, la Asociación de Exportadores y el ministro de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior, Sergio Amaral, coincidieron en que este año ese país sufrirá un fuerte déficit en la balanza de comercio con Argentina. Al respecto, la AEB estimó que el déficit comercial de Brasil con la Argentina crecerá este año de 1200 a unos 2500 millones de dólares, que incidirá “en el superávit comercial que Brasil prevé para 2002”. Por su parte, Amaral sostuvo que “la caída en las ventas para Argentina ya representaron 13 por ciento del total de las exportaciones, y hoy apenas representa 8 por ciento”.
En tanto, el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF, en inglés) predijo una contracción del 9 por ciento de la economía, “particularmente si el gobierno no abandona políticas que perjudican a los inversionistas”.
Antes había pronosticado que la economía argentina se iba a contraer un 7 por ciento en 2002, aunque ayer corrigió nuevamente sus pronósticos pesimistas. El director gerente del IIF, Charles Dallara, dijo que la Argentina sufrirá mucho más a partir de medidas que causen largas pérdidas a los inversionistas, porque “algunas de políticas adoptadas y otras que fueron propuestas, constituyen violaciones fundamentales de la regla de juego”. Dallara dijo que el gobierno argentino debe reconsiderar algunas de sus recientes decisiones políticas, porque “en definitiva, en casos como estos, es el país el que se perjudica”, añadió.