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El gobierno de Lula da Silva se esfuerza incluso más de lo que le pide el FMI para evitar la cesación de pagos de la deuda. Sin embargo, eso hundió a la economía en recesión. Uno de los economistas más prestigiosos de ese país, Celso Furtado, advirtió que “es indispensable decretar la moratoria como forma de abrir un canal para la renegociación de la deuda”. Su palabra tiene un peso especial, dado que se trata de uno de los autores clásicos de Brasil y acaba de ser propuesto al Premio Nobel de Economía. Para Furtado, la moratoria permitiría impulsar un nuevo acuerdo con el FMI para reducir la vulnerabilidad externa y retomar el crecimiento. “Tenemos que actuar rápidamente para enfrentar las cuestiones sociales, en especial el desempleo. El país está parado y no podrá sustentar esta situación por más de dos años”, enfatizó. A su juicio, antes de decretar una moratoria los brasileños “tenemos que reestructurarnos para adaptarnos a la reducción del capital externo, que será un impacto, pero no tan grande como dicen algunos”. La deuda brasileña ascendía a mayo pasado a 230 mil millones de dólares.