A la salida del encuentro, Página/12 le preguntó al ministro de Economía, Axel Kicillof, por qué la industria nacional muestra caídas interanuales consecutivas desde julio de 2013 según el Indec. “Hay que ver qué pasa con la industria sacando el sector automotriz, que es el que está más complicado. No es cuestión de menospreciar a ese sector, pero tiene la particularidad de que el 60 por ciento de los autos que producen las terminales van a Brasil. Y allí caen las ventas un 25 por ciento, en un mercado que es seis veces más grande que el argentino. Cuando se mira el índice sin tener en cuenta la cuestión automotriz se percibe un panorama completamente distinto, si no no estaríamos batiendo record de producción de acero, de cemento y de construcción, los metalúrgicos también están vendiendo muy bien. Estamos en una situación dispar que se da por las condiciones internacionales. ¿Cómo podemos pensar que si otros países de la región sienten el cimbronazo internacional, nosotros ni nos vamos a despeinar? Se ha trabajado con el sector automotor para impulsar la venta de autos en el mercado local y también se charló con Brasil para que los autos argentinos no sean un factor de reducción de las terminales allá. Este tipo de cosas son las que hablamos cuando nos reunimos con los funcionarios de Brasil”, respondió el ministro.

A su vez, el titular del Banco Central adelantó que la entidad tiene previsto incrementar las regulaciones para que las entidades financieras destinen una parte mayor de sus carteras de créditos a la producción. “Vamos a plantear metas más exigentes para que los bancos abastezcan como corresponde a la economía real, especialmente a las pymes y a regiones postergadas.” En el cierre de las jornadas monetarias del BCRA, Vanoli también destacó que “nos alejamos en serio del pensamiento único. Algo que atravesó todos los paneles de las jornadas fue el reconocimiento del fracaso de la teoría neoclásica”. El funcionario resumió que durante el evento organizado por el BCRA “se mencionó el tema de la plutocracia, la relación entre el poder y los grupos económicos, y que los ciclos de endeudamiento y rescate benefician a ciertos sectores. También quedó clara la falacia de la teoría cuantitativa del dinero, porque los bancos centrales tuvieron que hacer política monetaria expansiva y los precios no sólo no se movieron en la misma magnitud, sino que ni siquiera se observó una correlación entre las variables”. Además, advirtió que “en los foros internacionales las reformas financieras entran en un tamiz en donde se las edulcora, se las aliviana, entonces puede pasar que en unos pocos años se reedite el círculo infinito de burbuja, auge, crisis y socialización de las deudas”.