ECONOMíA
• SUBNOTA › CLAUDIO LOSER, EX FMI, SUEÑA CON MAS AJUSTE
“Cuatro por ciento es razonable”
› Por Cledis Candelaresi
“El ajuste fiscal comprometido en el acuerdo de la Argentina con el Fondo Monetario Internacional es muy parecido al de Brasil: no es un programa débil ni irracional. Sólo el ruido y la retórica fueron fuertes”, sentenció ayer en su exposición Claudio Loser, actual consultor de Inter American Dialogue. Su juicio tiene el fundamento de la experiencia profesional de este economista argentino, quien hasta el 2001 fue responsable del área Hemisferio Occidental del FMI.
–¿Qué es un programa fuerte y racional? –le preguntó Página/12.
–Que exige un esfuerzo fiscal importante, aunque, con un buen manejo mediático el Gobierno lo haya presentado de otro modo. Creo que Kirchner y Lavagna fueron muy astutos: hicieron uso de los medios para presentar un clima de conflicto que en realidad no existe y así ponen a la defensiva a los funcionarios del Fondo.
–¿Y cuáles son los errores que el FMI cometió respecto de la Argentina? –quiso saber otra cronista.
Según Loser, el principal pecado fue sobreestimar algunas consecuencias de la crisis como la inflación que sucedería a la devaluación pero, básicamente, “subestimar la capacidad que tenían los gobiernos –en alusión al de Eduardo Duhalde– de controlar la situación fiscal”.
En descargo de la entidad que lo albergó por años, añadió que es muy difícil valorar las cosas en su justo término cuando se está “en el medio de un incendio” como el que hizo arder a la Argentina a fines del 2001. Pero, además, que en 1997 y 1998 desde Washington se formularon al gobierno de Carlos Menem recomendaciones que éste desoyó acerca de aplicar políticas anticíclicas.
Según este mendocino formado en Estados Unidos, el modelo de negociación ideal para celebrar un acuerdo con la entidad que dirige el alemán Horst Köhler es el que aplicaron México y Brasil, fórmula de la que la gestión Kirchner no estaría del todo lejos. “Se trata de mantener la dignidad al tiempo que se presenta un programa económico claro”, sugiere. El gran desafío sería concluir exitosamente la renegociación de la deuda, para lo cual el gobierno argentino formuló una propuesta “extrema y minimalista” que, en su visión, sólo sirve como una base para negociar. También se ilusiona con un “final feliz”, ya que “un superávit primario del 4 por ciento a partir del 2005 permitiría sostener una propuesta de pago razonable”.
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