–¿Cuáles fueron los actos de corrupción cometidos en el sector energético?
–El principal fue la venta de YPF. Su primera venta a las compañías norteamericanas se hizo a 19 pesos la acción cuando el papel no valía menos de 34 o 35 pesos. La segunda venta, en la que intervienen el rey Juan Carlos y Felipe González, el 14,99 por ciento de las acciones que le permiten luego lograr el copamiento hostil por el 98 por ciento, se hace en licitación pública, con resoluciones de Roque Fernández que no se publican en el Boletín Oficial, y no en la Bolsa de Valores como marca la ley de privatización de YPF. Las áreas secundarias se licitan con contratos que no están en la ley de hidrocarburos. Las 21 áreas que tenían los contratistas de YPF se transforman en concesiones. La ley dice con absoluta claridad que cualquier concesión que se obtenga por un camino distinto es nula de nulidad absoluta. Si se hace cumplir este punto el Estado puede recuperar entre el 30 y el 40 por ciento de la producción. Para la concesión de las áreas centrales, la ley establecía que debían constituirse sociedades mixtas, del tipo que fueran, pero siempre con la participación del Estado. Bueno, se concedieron a UTE, que ni siquiera son sociedades.