EL MUNDO › INGRID BETANCOURT FUE RECIBIDA POR NICOLAS SARKOZY EN EL AEROPUERTO DE PARíS
El presidente francés se comprometió a continuar los esfuerzos por los rehenes que quedaron en la selva. En Francia, los socialistas afirman que Sarkozy se benefició por la brecha que abrió Hugo Chávez en las negociaciones.
› Por Eduardo Febbro
Desde París
Un sol radiante, la sonrisa de la libertad, los abrazos, los reencuentros, los honores y los homenajes. Ingrid Betancourt fue recibida ayer en París por el presidente Nicolas Sarkozy, que la fue a buscar al aeropuerto. “Sueño desde hace siete años con vivir este momento. Es un momento muy, muy emocionante para mí: respirar el aire de Francia, estar con ustedes”, dijo Betancourt antes de tomar la mano del presidente francés y decir: “Se lo debo todo a Francia. Miro a este hombre extraordinario que tanto luchó por mí y a través de él también veo a toda Francia”. La emoción no ocupó todos los espacios. Tal como lo había hecho pocas horas después de su liberación, Ingrid Betancourt puso sobre la mesa los temas políticos.
En una conferencia de prensa ofrecida en el palacio presidencial del Elíseo, Betancourt recordó los años pasados en cautiverio: “Es un mundo solamente hostil”, dijo antes de interpelar al presidente Sarkozy a propósito de los rehenes que aún están secuestrados: “Dejé detrás de mí seres humanos que aún están en manos de las FARC. Aún necesito de ustedes. Nicolas Sarkozy deberá ir otra vez a Colombia”. Sarkozy se volvió a comprometer con la oferta hecha por París para recibir a miembros de las FARC que depongan las armas: “Francia no dejará el combate, todos aquellos que depongan las armas serán recibidos. Para aquellos que se disocien del combate de esos torturadores de la Edad Media siempre hay esperanza”. Ingrid Betancourt dio también algunas pistas sobre lo que piensa hacer en el futuro. “Liberar los otros rehenes, erradicar el secuestro económico en Colombia. Aún hay 3000 rehenes en el país. Quiero escribir varios libros sobre todo lo que he vivido. Y, dentro de algunos años, tal vez escribir una obra de teatro para decir cosas más difíciles. Muy simplemente, quiero cambiar el mundo. Tenemos que hacer las cosas de otra manera.” Luego, en una entrevista difundida por la televisión francesa, Betancourt señaló: “El futuro se abre lleno de oportunidades, lo que me hizo daño en la jungla se queda en la jungla”.
Ingrid Betancourt salió al paso de la polémica que empezó ayer sobre las condiciones en que los rehenes fueron liberados. Una emisora suiza, RSR, aseguró que Estados Unidos había pagado unos 20 millones de dólares para esa liberación y que toda la escena descripta por el ministro colombiano de Defensa, José Manuel Santos, es una puesta en escena: “Lo que vi durante la operación, francamente, no creo que me puedan engañar fácilmente. No. No creo que haya sido una puesta en escena. Había tensión y muchísimo estrés, a un punto tal que mis camaradas no querían subir al helicóptero” porque “teníamos la impresión de que era una trampa”. La controversia sobre la fórmula que condujo a la libertad y la actitud del presidente Sarkozy también se mezcló con el debate político. La ex candidata presidencial del Partido Socialista, Ségolène Royal, puso el dedo en la llaga cuando dijo que el presidente Nicolas Sarkozy no tuvo “nada que ver” con la liberación de la ex rehén franco-colombiana. De hecho, Francia privilegió en los últimos meses la brecha abierta por el presidente venezolano Hugo Chávez. En ese contexto, la señora Royal consideró que las negociaciones con las FARC a través de Caracas fueron “inútiles” y “no consiguieron nada”. Las frases de la candidata hicieron reaccionar al ejecutivo, entre ellos a su jefe, François Fillon, quien consideró que esa intervención era una “falta total de dignidad”.
La polémica seguirá su curso pero, ayer, una etapa se cerró. Ingrid Betancourt descolgó el retrato gigante que estaba en la fachada de la municipalidad de París. “Lo siento por haber afeado la fachada de la Municipalidad”, dijo Ingrid. El calendario instalado sobre el retrato, que marcaba los días de su secuestro, quedó para siempre detenido en la cifra “2321”. Ahora puede leerse “LIBRE”. Esos días de secuestro fueron descriptos por Ingrid Betancourt como de mucha rudeza. Betancourt contó que, durante tres años, estuvo encadenada 24 horas en condiciones que ni siquiera se le infligían “a una planta”. La mujer también agradeció a la emisora francesa Radio Francia Internacional, que ella y los demás rehenes podían oír en la selva y que, a lo largo de los años, además de las informaciones, también difundió mensajes de su familia, de sus hijos y de muchas otras personalidades. Betancourt contó que esos mensajes le hicieron mucho bien y que, muchas veces, para poder escuchar la emisora debía inventar un pretexto. Los hombres de las FARC, reveló, escuchaban Radio Cuba y ellos Radio Francia Internacional. El trato, en la selva, fue siempre un código inamovible. Los hombres de las FARC se dirigen a los rehenes llamándolos “enemigos”.
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