“La operación militar que permitió la liberación de Ingrid Betancourt trajo tranquilidad al mundo, pero amenaza con desestabilizar la región.” Esa fue una de las principales conclusiones que ayer compartió el secretario general del Partido Comunista argentino, Patricio Echegaray, en una entrevista con PáginaI12. “El rescate potencia la estrategia de convertir a Colombia en un portaaviones en tierra de la IV Flota norteamericana y presionar el proceso antiimperialista que vive América latina”, señaló.

–¿Qué consecuencias tiene la liberación de Ingrid y los otros rehenes?

–Los rehenes son un símbolo del canje humanitario y hay que festejar que estén libres y sanos. Sin embargo, esta salida potencia la solución del conflicto por medio de la estrategia militar. Este camino es inviable y es la línea más agresiva que representa Alvaro Uribe, apoyada por Estados Unidos. Por algo estuvo John McCain en Colombia.

–¿Cómo fue posible el rescate?

–Hay mucho material que indica que la Inteligencia colombiana se movilizó a través de las negociaciones que tenían los franceses y los suizos con la guerrilla para liberar a unos cuarenta rehenes. Como el mando de las FARC estaba negociando una nueva liberación, Uribe volvió a interferir y la guerrilla mordió el anzuelo.

–¿Para qué le sirve a Uribe este triunfo?

–El operativo se produjo en un momento de crisis para el gobierno, con un fuerte cuestionamiento de la oposición y en el cual su plan de segunda reelección estaba herido. Ahora va a intentar capitalizarlo para su relanzamiento electoral, en competencia con el ministro de Defensa Juan Manuel Santos. Y también va a tratar de resolver el conflicto que tiene con la Corte Suprema, que lo acusa de haber hecho sobornos con fondos del narcotráfico para reformar la Constitución y ser reelegido en 2006.

–¿Cómo impacta el rescate en la región?

–Avanza la estrategia de convertir a Colombia en un portaaviones en tierra que complemente a la IV Flota y presione el proceso de integración que vive América latina. Esa parte del resultado no debe ser bienvenida.

–¿Cómo quedan paradas las FARC?

–Ya el asesinato de Raúl Reyes fue un golpe, porque desarmó la tercera operación en marcha de liberación unilateral de rehenes que la guerrilla había convenido con Chávez y otros líderes. Las FARC estaban dispuestas a liberar a 40 rehenes, entre ellos Ingrid, pero Uribe lo frustró.

–¿Qué alternativa tiene ahora la guerrilla?

–Tiene que intensificar las negociaciones para evidenciar que del otro lado no hay voluntad de diálogo. Toda esta historia arranca con el alto el fuego unilateral de las FARC años atrás, su vuelco a la política y la construcción de la Unión Patriótica, un partido que se convirtió en una fuerza importante y fue exterminado. Ahora Uribe lanzó un ultimátum, pero ellos saben que si se desmovilizan van a ser aniquilados.

–¿La fortaleza relativa del gobierno de Uribe es un problema de las FARC o del conjunto de la oposición?

–El Polo Democrático tiene alcaldes en Bogotá y Medellín, tiene diputados y senadores y son segunda fuerza nacional. Por otra parte, históricamente fue difícil para las FARC articular con organizaciones de la sociedad civil, porque el que entra en ese contacto muere o sufre un atentado. El terrorismo de Estado es una realidad en Colombia.

Entrevista: Juan Manuel Barca.