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A diez días de la segunda vuelta presidencial, el Partido de los Trabajadores (PT), del favorito Luiz Inácio Lula da Silva, presentó ayer un proyecto junto con la Bolsa de San Pablo para reactivar el mercado de capitales y la economía brasileña, y reducir el margen de desconfianza que su potenciado triunfo provoca a los agentes financieros, en medio de una recurrente volatilidad acentuada con la incertidumbre política. Una nueva encuesta divulgada ayer por el Instituto Vox Populi le otorga a Lula una ventaja de 30 puntos frente a su rival, el oficialista José Serra, la misma que registraron dos sondeos anteriores: Da Silva con el 66 por ciento de los votos válidos frente al 34 por ciento de Serra. Y Lula volvió a tratar de limar asperezas con EE.UU. al decir que, cuando gane, “las diferencias sobre el ALCA las resolveremos entre yo y el compañero Bush”.
El documento del PT, elaborado junto con la Bolsa de Valores paulista y con el apoyo de 24 instituciones, fue presentado en la sede de la Federación de Industrias del Estado de San Pablo (Fiesp), el gremio más influyente del país. “El objetivo es que este trabajo sea más que un calmante para el mercado”, dijo el coordinador del programa petista de gobierno, Antonio Palocci. El plan consta de cinco propuestas tendientes a convertir el mercado de capitales brasileño en una fuente primaria para la inversión en el país, al incentivar el desarrollo de los fondos de pensión e incrementar su participación en la Bolsa: aplicar en el mercado de capitales parte de los recursos de los fondos de seguridad laboral; promover la reforma tributaria; mejorar la seguridad y transparencia de las operaciones en Bolsa, y reducir las tasas de interés para hacer más competitivo al mercado bursátil. El presidente de la Bolsa, Raymundo Magliano, reconoció que su objetivo es lograr que el 1 por ciento del Fondo de Garantía del Trabajador sea colocado en la Bolsa, con acciones de rescate garantizado. La Bolsa paulista está en sus peores niveles desde 1993, y ha perdido este año cerca de 40 por ciento de su valor.
El diputado Ricardo Berzoini, uno de los principales responsables de las relaciones entre el PT y el mercado financiero, aseguró que, de llegar al gobierno, Lula no sólo respetará el programa de ajuste acordado con el FMI sino que también podría hasta ampliar la meta de superávit primario para el 2003, fijada en un 3,75 por ciento. Berzoini confirmó que el equipo económico de Lula se sabrá el 28, un día después del ballottage. El propio Lula señaló ayer que si llega al gobierno, visitará al presidente Bush o lo invitará a conocer Brasil para realizar “una discusión de alto nivel y de forma soberana, porque interesa a Brasil la integración y no la anexión cuando el tema es el ALCA”. Por su parte, Estados Unidos, de boca de John Taylor, subsecretario del Tesoro para Asuntos Internacionales, dijo que “queremos ayudar al nuevo gobierno, sea quien fuere electo”.
“El PT maduró en estos 22 años y la Fiesp cambió”, explicó el diputado Aloizio Mercadante al recordar que en 1989 el entonces presidente de la Fiesp, Mario Amato, advirtió que unos 800 mil empresarios saldrían de Brasil si Lula era elegido presidente. Mercadante se refirió también a que “hay un movimiento fuerte de desestabilización que vamos a superar y vamos a equilibrar la tasa de cambio, porque las empresas endeudadas en dólares están al borde de la moratoria”. Mercadante agregó que la salida a la crisis de confianza que vive el país está en “trabajar, producir y exportar”, y reiteró el compromiso de Lula con la disciplina fiscal. “Una parte del mercado se convirtió en socia de la devaluación” del real, señaló el diputado, y que con la misma “ganan los especuladores del mercado y candidatos desesperados”, dijo, sin referirse directamente a Serra.
El sondeo del Instituto Vox Populi confirma que Lula es el amplio favorito a ganar la segunda terna del 27 de octubre, ya que recibiría hoy dos tercios de los votos válidos, mientras Serra recibiría hoy un 34 por ciento de los votos válidos. Esta encuesta confirma la clara tendencia de triunfo de Lula detectada por sondeos del Instituto Datafolha y de Ibope; las tres empresas coinciden en que Lula recibiría hoy entre un 64 y un 66 por ciento de los votos válidos.
Pero otra encuesta que divulgó el Instituto Brasileño de Ejecutivos y Finanzas (IBEF) mostró que los empresarios brasileños son pesimistas. En un escenario de victoria de Serra, los empresarios consideraron que en el 2003 el PBI crecerá 2,5 por ciento, la inflación rondará el 9 por ciento y el real caerá levemente a 3,38 por un dólar, mientras que si el triunfo es de Lula, el PBI crecería apenas 1,65 por ciento, la inflación sería de 14,26 por ciento y el real quedaría más devaluado que hoy.