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El operativo militar “Orión” que pidió el Ejecutivo continuaba ayer en la zona marginal de Medellín, conocida como Comuna 13, como parte de estrategia del gobierno de Alvaro Uribe de “reestablecer la autoridad” en los lugares ocupados por los grupos insurgentes en armas e impedir que el conflicto se urbanice. La policía denunció que los rebeldes trasladaron al lugar a un grupo de francotiradores que intentaba contener la ofensiva militar, que, según el gobierno, culminará sólo con el desalojo de las redes urbanas de la insurgencia.
El comandante del ejército, general Carlos Ospina, dijo ayer que los combates del miércoles dejan al menos ocho muertos y 18 heridos, aunque las primeras versiones daban cuenta de 14 muertos y 21 heridos. El accionar de las fuerzas colombianas pretende retomar el control en las zonas dominadas por la insurgencia en Medellín. El presidente Alvaro Uribe calificó de “locura” la ocupación de la zona por milicianos, poco antes de viajar a esa ciudad, para presidir un consejo de seguridad.
El jefe del ejército colombiano, el general Carlos Ospina, señaló que las tropas se disponen a desalojarlos “vivos o muertos”. En la zona, los miembros de la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) libran una guerra a muerte con los paramilitares por el control territorial.