Mar 16.12.2008

EL MUNDO  › ENTREVISTA CON DAVID THOMAS, JEFE DEL PENAL DE GUANTANAMO

“Aún no hay un plan elaborado”

El responsable de la polémica cárcel que alberga a sospechados de terroristas afirma que no recibió ningún proyecto para cerrarla, tal como anticipa Barack Obama. “Los interrogatorios continúan y son voluntarios”, dice Thomas.

› Por Mónica C. Belaza *

Desde Guantánamo

La base militar norteamericana de Guantánamo, sus comisiones militares y sus campos de prisioneros tienen al mundo expectante desde que el pasado 4 de noviembre Barack Obama, quien había anunciado durante la campaña que cerraría la prisión, ganó las elecciones a la presidencia de Estados Unidos. La gran pregunta es cómo y cuándo va a hacerlo.

Unas 250 personas siguen detenidas, aunque la población es muy heterogénea. Está el presunto cerebro del 11-S, Jalid Sheij Mohamed, pero también figuras del todo irrelevantes dentro de Al Qaida, o contra las que no hay ningún tipo de pruebas. El contraalmirante David M. Thomas, al frente desde hace seis meses del centro de detención de Guantánamo, defiende el funcionamiento del sistema en una entrevista mantenida en la base militar con este diario y otros medios estadounidenses e internacionales y señala que la clausura de esta prisión llevará su tiempo y será difícil que ocurra en los días siguientes a la toma de posesión de Obama. Son muchas las decisiones que deben tomarse para desmantelar un engranaje jurídico y policial que lleva ya casi siete años en marcha.

–El presidente electo ha anunciado el futuro cierre del centro de detenidos, ¿tiene sentido seguir dirigiendo la base sin tener esto en cuenta? ¿Poner en marcha en estos momentos, como se está haciendo, clases de arte o geología para los presos?

–Nosotros debemos actuar de acuerdo con lo que dice el actual presidente, que es George W. Bush. Y por el momento no tenemos órdenes de cambiar nuestra forma de funcionar. Si cuando Obama tome posesión de su cargo da la orden de cerrarla y trasladar a los detenidos, naturalmente lo haremos. Si la misión cambia, llevaremos a cabo la nueva misión. Es algo que no nos corresponde decidir a nosotros. Es una decisión política que debe tomarse después de un debate importante y riguroso en Estados Unidos, porque se trata de cuestiones que afectan a la seguridad nacional, y estoy seguro de que así se hará.

–¿Algún miembro del equipo de transición de Obama se ha trasladado a la base para perfilar los detalles del cierre?

–No por el momento. Ni está previsto en la agenda.

–¿Cuánto tiempo podría llevar cerrar Guantánamo?

–No hay ningún plan concreto elaborado. Si nos lo pidieran, tenemos ya mucha experiencia con esta clase de detenidos como para poder resolverlo. Pero antes hay cuestiones fundamentales que deben decidirse. Poner a los detenidos en un avión y sacarlos de Guantánamo es fácil. Pero la parte complicada es saber dónde van a ir y el proceso legal que se va a usar para continuar con los procedimientos o para iniciarlos, para seguir o no con la acusación. Como ya dije, será necesario que en Washington se haga un debate en profundidad y se determine qué va a ocurrir con cada uno de los detenidos.

–¿Se sigue interrogando a los presos? ¿A cuántos de ellos?

–Sí. No sé en qué proporción, pero sí. El centro de detención sigue funcionando con normalidad hasta que se nos comunique lo contrario, y eso incluye los interrogatorios. Pero no se los obliga a nada. Es voluntario. Es como una conversación, en una sala, y cuando quieren se marchan. Y aproximadamente un tercio se produce previa petición del detenido.

–Han pasado casi siete años desde que llegaron los primeros prisioneros a Guantánamo. ¿Cómo es posible que sigan obteniendo información relevante de ellos?

–Los interrogatorios no sólo tienen como objetivo lograr información en la lucha contra el terrorismo, sino también mantener la seguridad de la base. Pero sí, seguimos obteniendo información importante. Por eso continuamos.

–Se ha hablado en estos días del uso de determinadas canciones de algunos grupos musicales, repetidas una y otra vez y a gran volumen, como forma de tortura hacia los prisioneros. ¿Ha ocurrido?

–Puedo garantizar que eso no ha sucedido desde que yo estoy aquí. Y que no va a suceder.

–¿Por qué los ciudadanos chinos musulmanes que se encuentran en el campo Iguana, separados de los demás, que ya no son considerados como “combatientes enemigos” por el gobierno de EE.UU. y a quienes no se devuelve a su país sólo por temor a posibles represalias, no tienen acceso a la prensa?

–Es una decisión política que nosotros cumplimos.

–¿De quién?

–Del Departamento de Defensa.

–¿Cuáles son los estándares que rigen el trato hacia los detenidos?

–El derecho internacional, el derecho norteamericano y las normas y decisiones del Departamento de Defensa.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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