EL MUNDO › TRAS LAS CRíTICAS, BENEDICTO ACLARó QUE RECHAZA LA NEGACIóN DE LA SHOá DE QUIENES REHABILITó
Después de la reprimendas de la canciller alemana y del gobierno israelí, el Papa dijo que no comparte lo que dicen desde siempre los obispos que acaba de rehabilitar, pero tampoco dijo que los va a volver a excomulgar por lo que dijeron.
Tras la polémica desatada por la rehabilitación del obispo negacionista Richard Williamson, el Vaticano tuvo que salir ayer a pedirle que se retracte. “La postura de Williamson sobre la Shoá es absolutamente inaceptable y firmemente rechazada por el Papa. El obispo, para ser admitido en las funciones episcopales en la Iglesia, tendrá que retractarse de manera inequívoca y pública”, precisó la nota emitida desde la ciudad vaticana.
En el comunicado, la Santa Sede subrayó que cuando el Papa rehabilitó al prelado británico conocido por sus posiciones antisemitas, Benedicto XVI no conocía su posición sobre el Holocausto; de lo contrario, señala el texto, no se hubiera ordenado revocar su excomunión.
El escándalo estalló cuando se supo que Williamson, en una entrevista con la televisión sueca, aseguró que ningún judío murió en cámaras de gas en los campos de concentración nazis. “A lo sumo habrán muerto unos 200.000 a 300.000 judíos, pero ni uno solo en las cámaras de gas”, afirmó el obispo inglés durante la emisión. Luego de que sus dichos trascendieran, el prelado se limitó a disculparse con Benedicto por lo que definió como frases imprudentes, pero jamás se retractó.
Ayer Israel decidió intervenir en el asunto. “La reintegración de un obispo negacionista por la Santa Sede es una ofensa para todos los judíos, de Israel y del mundo, y una ofensa a la memoria de las víctimas y supervivientes del Holocausto”, subrayó un comunicado emitido por el Ministerio de Relaciones Exteriores israelí. “Esperamos de la Santa Sede que se separe de todos los negacionistas en general, sean quienes sean, y del obispo Williamson en particular”, señaló el texto.
Tel Aviv se unió así a las críticas vertidas el martes por la jefa del gobierno alemán, Angela Merkel, quien juzgó insuficientes las aclaraciones sobre la polémica decisión. La canciller germana se refirió de esa manera a las palabras de un alto prelado vaticano, el cardenal Walter Kasper, que reconoció errores de gestión y comunicación por parte de la Santa Sede en la rehabilitación de Williamson.
Con el comunicado emitido ayer el Vaticano buscó frenar el aluvión de críticas. “La postura del Santo Padre no pudo ser más clara. El caso está cerrado”, afirmó Federico Lombardi, vocero de la Santa Sede.
En cuanto al proceso de rehabilitación de los otros tres prelados y la situación actual de la Fraternidad San Pío X, fundada por el arzobispo ultraconservador y antisemita francés Marcel Lefebvre, el Vaticano subrayó que aún quedan asuntos por resolver. “El levantamiento de la excomunión a estos prelados no supone que la situación jurídica de la Fraternidad San Pío X haya cambiado, por lo que no goza de reconocimiento canónico dentro de la Iglesia”, precisó el comunicado. “La revocación de la excomunión sólo supone la apertura de una puerta hacia el diálogo con los lefebvristas”, indicó el mismo texto.
Los cuatro obispos quedaron excomulgados tras ser ordenados por Lefebvre en 1988 sin consentimiento papal. Lefebvre nunca reconoció el Concilio Vaticano II, lo que provocó un cisma en la Iglesia de Roma. Durante ese Concilio, celebrado en los años ’60 e impulsado por el papa Juan XXIII, la Iglesia aceptó los principios de la libertad religiosa y cuestiones como la separación formal del Estado, así como el ecumenismo y significativas reformas en la liturgia, todo ello con el objetivo de aggiornar la institución eclesiástica.
Durante los últimos 21 años, tanto Juan Pablo II como Benedicto XVI intentaron permanentemente dar pasos de acercamiento para que los lefebvristas regresaran a la obediencia oficial de la Iglesia, entre ellos la recuperación en 2007 de la misa en latín, una vieja demanda de los excomulgados.
Pero los tradicionalistas permanecieron firmes en su rechazo del Concilio, lo cual no impidió que avanzaran las negociaciones que culminaron en su retorno a la Iglesia Católica. Esa tensión salió a la luz con las declaraciones de Williamson, que fueron criticadas en todos los rincones del mundo.
En el comunicado de ayer, el Vaticano insistió sobre la vigencia de las reformas conciliares: “Es condición indispensable a un futuro reconocimiento de la Fraternidad San Pío X el pleno reconocimiento del Concilio Vaticano II y de los papas que siguieron a ese Concilio”.
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