De a poco el gobierno de Barack Obama está vaciando la cárcel en Guantánamo. El Departamento de Justicia anunció ayer un nuevo traslado de prisioneros al extranjero. Como había adelantado la prensa norteamericana, la Casa Blanca negoció con el gobierno amigo de Arabia Saudita para que recibieran a tres detenidos, todos originarios de ese país. Menos de 24 horas antes, Washington había informado de otro traslado. Cuatro de los 17 prisioneros chinos que hacía ocho años que no veían la luz recibieron refugio en Bermudas, otro gobierno amigo y que recibe mucha ayuda financiera de la superpotencia. Mientras tanto las negociaciones con los gobiernos más fuertes, como las potencias europeas y Australia, no parecen producir grandes compromisos, más que la ubicación de uno o dos de los más de 200 prisioneros de la cárcel cubana. Por eso, Washington empezó a probar con sus aliados más débiles. Palau aceptó a 13 presos chinos esta semana.