Lunes, 10 de agosto de 2009 | Hoy
EL MUNDO › ADEMáS DE LA ECONOMíA, OBAMA Y CALDERóN DIALOGAN SOBRE NARCOTRáFICO
Gran parte de la discusión de dos días entre Estados Unidos y México, en la que participa también Canadá, gira sobre la forma de reactivar la economía y enfrentar los efectos de la recesión. También habrá un capítulo para la región.
Por Gerardo Albarrán de Alba
Desde México, D. F.
Crisis financiara global, violencia asociada al narcotráfico, medio ambiente y América latina (ver aparte) son los temas que dominan las reuniones que desde ayer por la noche y hasta hoy sostendrán los presidentes de México, Felipe Calderón, y Estados Unidos, Barack Obama, junto con el primer ministro de Canadá, Stephen Harper, en la ciudad de Guadalajara.
Esta es la tercera ocasión en que Calderón y Obama se reúnen de forma oficial para tratar los asuntos prioritarios de la agenda bilateral, como seguridad y migración, que ahora no escaparon de temas coyunturales, como la crisis económica y la epidemia de influenza.
Según el embajador de México en Estados Unidos, Arturo Sarukhan, gran parte de la discusión gira “sobre la forma de reactivar la economía de las tres naciones y enfrentar los efectos de la recesión”. El comercio entre las tres naciones se ha contraído en un 32 por ciento.
En cualquier caso, la solución no pasa por renegociar el Tratado de Libre Comercio para América del Norte (Tlcan). Primero habría que estabilizar la economía de los tres países integrantes del pacto, según anunció Obama un par de días antes de viajar a México.
Uno de los temas más sensibles para México es el impedimiento para que sus camiones ingresen en territorio estadounidense a través de cualquiera de los puntos de cruce en los 3326 mil kilómetros de frontera entre los dos países, lo que está a punto de convertirse en una demanda en bloque por 4500 empresas afiliadas a la Canacar en contra del gobierno de Barack Obama por 15 años de incumplimiento del Tlcan.
Junto con los asuntos económicos y del medio ambiente, entre México y Estados Unidos dos son los temas centrales: la seguridad binacional y la continuidad en la cooperación en el combate al crimen organizado y al narcotráfico. Ayer Obama señaló que ambas naciones debían fomentar la cooperación en la materia.
Para la Cancillería mexicana, esta reunión sirve para refrendar la importancia de la Iniciativa Mérida, que la semana pasada sufrió un duro revés cuando el pasado 4 de agosto el senador Patrick Leahy, presidente del subcomité que aprueba fondos para programas en el extranjero del Comité de Apropiaciones, impidió que el Departamento de Estado certificara que el gobierno mexicano respeta los derechos humanos en su lucha contra el narco y exigió la fiscalización de los operativos en que participan oficiales militares y policíacos.
El problema es que la estrategia militar contra el narco ha disparado las violaciones de derechos humanos en México, incluyendo la práctica sistemática de torturas. Solamente en Chihuahua, estado fronterizo con Texas, en los últimos cuatro meses se han presentado 1008 quejas contra militares y elementos de la Policía Federal.
Con Canadá, la agenda es relativamente más sencilla. Por el momento, lo único que empaña las relaciones con México fue el cambio en la política exterior canadiense, que ahora obliga a los mexicanos a viajar hacia ese país con una visa de turista.
Pese a las protestas retóricas del gobierno de Calderón, la administración del primer ministro Stephen Harper dijo dar la bienvenida a los turistas mexicanos, pero también dejó claro que no revertirá la imposición de visas para ingresar a su país, una medida adoptada a mediados de julio pasado, luego de que el sistema judicial canadiense se viera desbordado por solicitudes de refugio de mexicanos, que se ha triplicado desde 2005, de las cuales el 90 por ciento han resultado fraudulentas.
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