Lunes, 30 de noviembre de 2009 | Hoy
EL MUNDO › TRIUNFO HISTóRICO DEL FRENTE AMPLIO EN EL BALLOTTAGE URUGUAYO
Al conocerse las proyecciones del triunfo del candidato del Frente Amplio (FA), millones de uruguayos salieron a las calles a festejar. Según las bocas de urna, Mujica obtenía el 51 por ciento de los votos contra un 44 por ciento de Lacalle.
Por Mercedes López San Miguel
Desde Montevideo
Una suerte de delirio rojo, blanco y azul cruzó por la capital uruguaya. En cada casa de Montevideo, con sus plazas, sus calles y sobre todo en su rambla había alegría. Por primera vez en la historia política de Uruguay llegó a la presidencia un veterano dirigente guerrillero. En una segunda vuelta que tuvo en vilo al país, el candidato del Frente Amplio (FA) José “Pepe” Mujica ganó anoche al derrotar a Luis Alberto “Cuqui” Lacalle, del Partido Nacional (Blanco). Según las proyecciones de todas las consultoras, Mujica obtenía el 51 por ciento de los votos mientras Lacalle recibía un 44 por ciento de los sufragios.
Bajo una lluvia que por momentos se hacía copiosa, la rambla se llenó de gente en los alrededores del hotel NH Columbia, convertido en el cuartel de los frenteamplistas. Apareció un Mujica emocionado, junto a su compañero de fórmula Danilo Astori y el presidente actual, Tabaré Vázquez. Primero habló Astori: “Sólo una palabra puede representar nuestro sentimiento hoy: ¡gracias!. No los vamos a defraudar”.
Cantitos: “Y ya lo ve, ya lo ve, es para el Cuqui que lo mira por TV”.
Siguió Astori. “Con esta formidable plataforma que fue el gobierno de Tabaré avanzaremos en un gobierno. Ahora los dejo con el presidente electo de la República del Uruguay.” Gritos y aplausos.
Desde el escenario, Mujica manifestó con su estilo directo el agradecimiento a los seguidores: “Compañeros, compañeros. Sabés una cosa pueblo, es el mundo al revés. En el estrado tendrías que estar vos y yo allá. Esta batalla la mantuvieron encendida ustedes. Recordemos que en una noche de alegría hay compatriotas que tienen tristeza. Ni vencidos ni vencedores, apenas elegimos un gobierno. Vaya mi reconocimiento a los hombres que representaron al Partido Nacional y Colorado” (silbidos).
Y siguió: “Si tú tienes alegría no ofendas a los otros que optaron distinto. Se los pide y se los ruega un viejo luchador que te precisa. Gracias Tabaré, porque hemos ganau por la obra de este gobierno, por la continuidad de este gobierno”.
Después habló sobre la región, un candidato cuyo discurso ha apuntado a la integración: “Los hermanos, los de América latina, los que representan las esperanzas frustradas, los hermanos argentinos, chilenos, venezolanos, todos nos han llamado para darnos un abrazo”. Y tocándose el pecho mostró un gesto conciliador. “Mi reconocimiento a Lacalle, a Larrañaga, mi reconocimiento y si mi lengua fue demasiado lejos pido perdón por la ofensa. Mañana andaremos juntos. Ya conversaremos tratando de lograr una unidad para el futuro.” Más silbidos.
Mujica, visiblemente conmovido, concluyó: “No es hora para discursos programáticos. Estás mojado, me estoy mojando. Viva la alegría, viva el compromiso. Recuerda, pasará el tiempo y es tiempo de compromiso. Lo permanente sos vos. El poder está en el corazón de las grandes masas, me costó una vida aprenderlo. Gracias y hasta siempre. Te quiero decir nos vamos a equivocar y no les vamos a dar la espalda a los problemas”.
El electo presidente no sólo obtuvo la mayoría parlamentaria el 25 de octubre, ayer su liderazgo fue legitimado con holgura al superar el 50 por ciento de los votos. Según la consultora Factum, Mujica obtenía el 51,7 por ciento de los sufragios y Lacalle el 44 por ciento. Para la consultora Equipos Mori el frenteamplista recibía el 51,9 por ciento y su rival el 44,4 por ciento de los votos.
“Soy del Pepe, del Frente yo soy”, gritaba un chico en la rambla con una bandera roja del MPP acompañado de un grupo de amigos. “¡Vamos el Frente, vamos!. Viva el Frente, Viva”, cantaron a coro.
Una mujer con su hija miraba con los ojos brillantes. A Elva Rama, de 56 años, le pasó en un instante su historia como una película en cámara rápida.
“A Mujica lo voté porque lo veo comprometido. En el ’75 viví en Argentina, yo militaba en la izquierda, en el Partido por la Victoria del Pueblo. Luego volví y estuve presa en Orletti. Me inventaron causas penales. Pasé años en prisión.”
Fuegos artificiales. Bocinazos. Nubes cargadas de agua sobre la ciudad.
En otra parte de Montevideo, en la sede de los blancos, el primero que habló de la oposición fue Jorge Larrañaga, compañero de fórmula de Lacalle. Fue escueto: “El país está dividido casi prácticamente en mitades. Como integrantes del Partido Nacional agradecemos a los compañeros en todo el país. Usó la frase de Perón: ‘Desensillar hasta que aclare’”. Minutos después apareció Lacalle con cara de funebrero ante sus seguidores. “Hoy han visto el retrato auténtico de la soberanía nacional. El presidente de la República, Tabaré Vázquez, nos ha llamado. El doctor al saludarnos ha robustecido su calidad de presidente, como lo será José Mujica a partir de marzo. Pesada carga para cualquiera de nosotros, tenemos que aceptarlo.” Pidió que se mejoren los problemas que a su parecer son la salud y la inseguridad, entre otros. “Esta es la novena elección que participo, las más veces sin éxito. También recibimos la caricia de la opinión pública.” Se bajó el telón blanco.
De mañana, en la feria ubicada entre la 18 de Julio y Tristán Narvaja comenzaba a percibirse en el ambiente que sería un día especial. Un linyera pasó cantando: “Vamo, Pepe, Pepe el Uruguay”. Sonaban bocinas, pasaban autos con banderitas del FA. Se veían algunos turistas comprando ajenos al clima electoral y la amenaza de lluvia.
Comida para perro, cachorros, flores, víboras, ¡sí, se vendían víboras pitón y californianas!, libros usados, patos, gallos, verduras, panes, discos de vinilo, conejos, stickers, licuadoras, espejos para baño. Exceptuando artesanías, se encontraba de todo. “Acá pasa algo, gana Mujica”, dijo Adolfo, que vendía yerbas y hierbas. Al lado de su puesto se vendían banderas del Frente Amplio a 50 pesos (10 pesos argentinos). A unos metros, Darío Cidán estaba acomodando los mates en el stand. “Voy a votar a Mujica porque me parece mejor que Lacalle. Tuvimos un gobierno excelente en el tema de la salud y los impuestos.”
Un señor mayor dijo bajito que ya votó. “Voté a Pepe. Soy de izquierda desde hace mil años.” Hugo Alonso, de 64 años, continuó: “Soy del Frente Amplio desde que se fundó, el 5 de febrero de 1971. Mujica tiene sensibilidad por los pobres, no pone por encima sus intereses personales, yo creo que va a hacer un buen gobierno. Y hay más posibilidades de acceder a él, uno va a patearle las canillas y el Pepe atiende.”
En eso el tránsito en la feria se aceleró, sobre todo porque el cielo estaba muy nublado y se podía oler la lluvia. Una señora pasó vestida con un suéter rojo, una remera blanca y un pantalón azul, porque se vistió para la ocasión. Claudia Palavecino dijo para empezar: “Los blancos no son blancos, son rosados, ¿sabés tú por qué? Porque están con los colorados. Ese, el hijo del dictador (en alusión a Pedro Bordaberry), no esperó ni un día para apoyar a Lacalle. Dicen en mi barrio, barrio Sur ‘a la canallada rosada dele de frente’” y se rió. Palavecino no olvidó su sur y al atender su celular dijo bromeando: “Hola, Pepe”. Dos muchachos que llevaban bolsas se mostraban animados. Uno de ellos tenía cubierta la espalda con la bandera tricolor. Marcelo León, de 35 años, dijo que junto a su hermano Wilson viajaron desde el interior del país, de Río Branco. “La izquierda piensa por el de abajo, quiere alimentar las cabecitas. Ya ganamos”. Se fue con una sonrisa esperanzada. Después vendrían el festejo y el diluvio.
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