Lunes, 31 de enero de 2011 | Hoy
EL MUNDO › TRAS 20 AñOS EN EL EXILIO Y EN PLENO PROCESO DE TRANSICIóN
Otro líder que abandona el exilio. Después del egipcio El Baradei, el líder del partido islamista tunecino Ennahda, Rached Ghanuchi, regresó a Túnez donde fue recibido por miles de seguidores, tras más de 20 años de exilio en Londres. Sin embargo, pese a la esperanza de muchos tunecinos que fueron a festejar su vuelta al aeropuerto, aseguró que no será candidato a la próxima presidencial. “Tras 20 años de ausencia, mi partido no está listo para jugar un papel en la escena política, la prioridad es reconstruir Ennahda”, explicó.
“No voy a presentarme a la elección presidencial y no habrá ningún candidato de Ennahda”, declaró el dirigente del movimiento islamista en una entrevista concedida a una agencia de noticias internacional en el domicilio de su hermano, en el barrio de El Menzah, en el norte de Túnez, poco después de su regreso al país. El hombre, de 69 años, ya había expresado su negativa a través de un comunicado que envió antes de regresar a su tierra natal. “Sigo siendo el dirigente de mi partido. Si hay elecciones libres y justas, legislativas pero no presidenciales, Ennahda participará en ellas”.
Sin embargo, Ghanuchi no excluyó una eventual participación en el equipo de transición formado tras la caída del presidente Ben Alí. “Si sentimos que el gobierno satisface las expectativas de los que tomaron parte en esta revolución, ¿entonces por qué no?”, afirmó. La elección presidencial en Túnez está teóricamente prevista para dentro de seis meses. Si bien el militante musulmán comparte el apellido con el primer ministro tunecino, no tiene ningún vínculo parental que lo una a él.
En ese encuentro periodístico, Ghanuchi se mostró moderado al hablar de la situación de Túnez tras la brutal caída y huida el 14 de enero del presidente Zine El Abidine Ben Alí, que a principios de los años ’90 reprimió despiadadamente a los islamistas. No obstante, no se privó de hacer alguna que otra crítica: “La sharia (la ley islámica) no tiene lugar en Túnez. El miedo está únicamente basado en la ignorancia”, afirmó respecto de la política de diabolización de su movimiento por Ben Alí.
El avión que trajo a Ghanuchi y a su hija Sumaya procedente de Londres llegó cerca del mediodía al aeropuerto de Túnez-Cartago. La terminal rebasaba de varios cientos de seguidores entusiasmados que lo esperaron allí durante horas. Rached Ghanuchi apareció poco después ante la multitud, para lanzar un vibrante “Alá Akbar” (Dios es grande) con los brazos alzados al cielo, antes de abrirse paso con dificultad hacia la salida del aeropuerto. La multitud, mientras tanto, cantaba el himno nacional y gritaba el mismo saludo con el que el hombre los reconoció luego.
Rached Ghanuchi fundó en 1981 Ennahda (Renacimiento) con un grupo de intelectuales inspirados por los Hermanos Musulmanes egipcios. Hoy afirma representar un islam moderado cercano al AKP turco. Tolerado al principio de la era Ben Alí en 1987, su movimiento fue reprimido tras las legislativas de 1989, en las que las listas que respaldaba obtuvieron al menos 17 por ciento de los votos. Ghanuchi se exilió entonces en Argelia y después en Londres. En 1992 había sido condenado en rebeldía a cadena perpetua por un complot contra el presidente Ben Alí.
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