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La policía brasileña encontró ayer archivos de la dictadura (1964-1985) cuando fue a detener a un militar que estuvo vinculado con la represión de la guerrilla de Araguaia. El represor guardaba los documentos en su casa. Después de pasar unas horas demorado por portación ilegal de armas, la Justicia lo liberó, de acuerdo con lo que informó O’Globo.

Según la prensa brasileña, Sebastiao Curió fue integrante del Servicio Nacional de Inteligencia y uno de los máximos responsables del exterminio de la guerrilla de Araguaia durante los años ’70. De acuerdo con una investigación del Partido Comunista Brasileño (PCB), se dedicó al trabajo de inteligencia, es decir, a recopilar información obtenida mediante torturas para poder capturar a los militantes armados. Por esos crímenes aún impunes, la Corte Interamericana de Derechos Humanos condenó el año pasado a Brasil. Dos años atrás, Curió había empezado a romper el manto de silencio y había reconocido que unas 40 personas habían sido ejecutadas en la región amazónica y sus cuerpos, desaparecidos.

La orden de arresto de ayer fue ordenada por la Justicia Federal de Brasilia, en el marco de un proceso iniciado por 22 familiares de los guerrilleros asesinados, que hace años intentan encontrar sus restos. Por ello, los uniformados fueron hasta la casa del militar y encontraron armas no declaradas junto con unos cuantos documentos que tienen detalles de las operaciones que Curió comandaba. “Este señor sabe mucho. Yo creo que tenía los documentos en su casa para protegerse de sus camaradas, por cualquier cosa”, dijo a Página/12 Jair Krischke, consejero del Movimiento de Justicia y Derechos Humanos de Brasil.

Según explicó el activista de derechos humanos a este diario, la Fiscalía tiene que examinar el material encontrado en el domicilio del represor. Hasta ahora, el Ministerio Público sólo informó que se trataba de documentos confidenciales, pero no dio mayores precisiones. “La búsqueda y aprehensión de documentos son un intento de localizar documentos que permitan localizar los cuerpos de los militantes políticos de la Guerrilla de Araguaia”, confirmó la fiscal Luciana Lourerio.

Con este nuevo hallazgo, los militantes de derechos humanos están esperanzados. Piensan que se puede conocer una porción más de la verdad que los militares se empeñan en callar. La presidenta Dilma Rousseff se pronunció esta semana en ese sentido. La mandataria reconoció que los familiares tienen el derecho a enterrar a sus muertos. Mientras tanto, Brasil sigue discutiendo la Creación de una Comisión de Verdad.

Informe: Luciana Bertoia.