La Unión Cristianodemócrata (CDU), el partido de la canciller alemana Angela Merkel, sufrió ayer una nueva derrota electoral en el estado federado de Mecklemburgo-Antepomerania, en el noreste del país. La sexta de siete elecciones regionales previstas para este año en Alemania confirmó la tendencia de las cinco anteriores e hizo retroceder a la CDU. Además de profundizar la caída del Partido Liberal (FDP), su socio de gobierno, consolida el avance de los socialdemócratas (SPD). Los Verdes, que se posicionaron como tercera fuerza política del país, obtuvieron un 8,2 por ciento que les permite alcanzar representación por primera vez en el parlamento regional y en todos los estados federados del país. El FDP, por el contrario, quedó afuera del legislativo regional con sólo un 2,8 por ciento de los sufragios y se situó incluso por debajo del partido neonazi NPD, que sí obtuvo escaños con un 5,5 por ciento de los votos.

Los sondeos en el boca de urna y las proyecciones oficiales señalan que la CDU protagonizó su peor elección histórica en el Land (donde la canciller pasó su infancia) con un 23,6 por ciento de los votos, cinco puntos por debajo del resultado obtenido en 2006. El SPD avanzó casi siete puntos y logró un 36,5 por ciento de los votos, con lo que su candidato y actual jefe de gobierno, Erwin Sellering, se mantendrá en el cargo por un nuevo mandato.

Sellering es un abogado de 61 años conocido por sus posturas conciliadoras y abiertas. Ante la aplastante victoria, reaccionó con tranquilidad y dijo que justificará la confianza que se depositó en él. “A partir de mañana continuamos con nuestro trabajo”, dijo en la eufórica sede socialdemócrata de Schwerin, capital del Land. Sellering deberá decidir si extiende la actual coalición de gobierno con la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Merkel o si reedita la alianza con La Izquierda (con la que el SPD gobernó de 1998 a 2006).

En tanto, el presidente del SPD, Sigmar Gabriel, consideró que el triunfo da un nuevo impulso al partido, también a nivel nacional: “Ahora no hay elecciones (generales), pero en este momento tendríamos un 30 por ciento de los votos y sin duda serán más”, analizó. El duro golpe tras la derrota en Mecklemburgo-Antepomerania podría dejar a la CDU fuera del gobierno local y convertir al llamado “superaño electoral” –con calendario de elecciones en siete estados– en una pesadilla para Merkel.

Estaba previsto que más de 1,4 millón de electores alemanes acudieran ayer a las urnas para renovar el Parlamento regional del Estado, en comicios regionales considerados como un test para los conservadores encabezados por la canciller conservadora. Mecklemburgo-Antepomerania, territorio de la ex Alemania oriental en el noreste del país donde Merkel tiene una casa de fin de semana, es una de las regiones más postergadas, despobladas y pobres de Alemania, con una desocupación que trepa al 12 por ciento de su población.