Martes, 17 de enero de 2012 | Hoy
EL MUNDO › EL PRESIDENTE FUNES SE REFIRIó A LAS VíCTIMAS DE 1981
Pobladores del humilde caserío salvadoreño de El Mozote, donde murieron mil campesinos a manos del ejército en 1981, recibieron confortados el pedido de perdón que formuló el presidente Mauricio Funes ayer, pero clamaron por justicia y apoyo para salir de la pobreza. “Por esa masacre, por las aberrantes violaciones de los derechos humanos y por los abusos perpetrados, en nombre del Estado salvadoreño pido perdón a las familias de las víctimas y a las comunidades vecinas”, dijo el mandatario salvadoreño.
“Nos conforta lo que dijo el presidente, nosotros a él le agradecemos porque en este abandono necesitamos ayuda”, dijo María Herlinda Amaya, una anciana de 72 años que se hallaba sentada entre el público en primera fila, escuchando con mucha atención las palabras de Funes. Amaya tiene paralizada la mitad del cuerpo a causa de un derrame cerebral, pero no podía faltar a un acto en que, por primera vez, el Estado salvadoreño reconoció el asesinato, hace treinta años, de civiles indefensos, entre ellos varios de sus familiares.
Esta anciana campesina es hermana de Rufina Amaya, la única sobreviviente de la masacre, cuyo testimonio fue esencial para reconstruir los acontecimientos. “Esperamos que este acto no se quede en las palabras sino que, a partir de ahora y a corto plazo, obtengamos ayuda”, subrayó la mujer. Virgilio Márquez, quien perdió a 12 familiares –entre hermanos, tíos y sobrinos– en la masacre de El Mozote, declaró que se sentía “contento” de que el presidente reconociera la responsabilidad del ejército por esas muertes.
El sacerdote Rogelio Poncelle, quien acompañaba a los familiares de las víctimas, comentó que la petición de perdón es un paso trascendental que marca un precedente en relación con hechos similares. “Este es un primer paso; no lo es todo, pero viene a decir que aquí no hubo fuego cruzado, que no eran guerrilleros los muertos sino víctimas civiles, en su mayoría niños. Por medio de este acto podemos ir creando un ambiente favorable para la justicia y la reparación”, expresó el religioso. Como Amaya, Márquez y Poncelle, cientos de personas se congregaron ayer en El Mozote para escuchar las palabras de Funes. Una tarima frente a la pequeña iglesia y un enorme toldo sobre la plaza fue el escenario del acto que rompió la rutina en este poblado, ubicado 200 kilómetros al nordeste de San Salvador. Al fondo de la tarima sobre la que habló el presidente, una gigantesca pancarta con el dibujo de un sol naciente decía: “El Mozote nunca más. Verdad, justicia y reparación para las víctimas”.
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