Desde Aigues-Mortes

La primera dama de Francia, Valérie Trierweiler, provocó una tormenta política y conyugal ayer al apoyar públicamente a un candidato rival de Ségolène Royal, la ex pareja del presidente François Hollande. Trierweiler, de 47 años, periodista de televisión que ha prometido mantener su independencia, causó estupor en el Palacio del Elíseo al enviar un mensaje de apoyo a un socialista díscolo que amenaza con negarle a Royal una banca en el parlamento.

“La mejor de las suertes para Olivier Falorni, que no ha hecho nada malo y ha combatido desinteresadamente por la gente de La Rochelle durante tantos años”, escribió en la red social Twitter. Falorni, un político de La Rochelle, en la costa atlántica francesa, se negó a retirar su candidatura como se lo encomendó la dirección del Partido Socialista. Tanto Falorni como Royal se presentaron para la banca en la primera vuelta de las elecciones parlamentarias del domingo pasado. Pero el PS decidió dar su apoyo oficial a Royal.

Ambos calificaron para la segunda vuelta. Con muchos votantes de centroderecha visceralmente opuestos a Royal, Falorni podría ganar la banca este domingo. Ha rechazado pedidos y amenazas de los cuarteles del partido pidiendo que no se presente. Ayer, en una entrevista en BFM-TV, Ségolène Royal indicó que el presidente Hollande dejó saber que “por supuesto” la apoyaba, lo que es totalmente normal. “Tienen frente a ustedes a la candidata que cuenta con el apoyo del gobierno y del presidente de la República”, dijo. Efectivamente, se puede leer en la declaración de principios de Royal: “En esta circunscripción de Charente-Maritime, Ségolène Royal es la única candidata de la mayoría presidencial que cuenta con mi sostén y mi apoyo”, escribió François Hollande, en un mensaje fechado el lunes 11 de junio. “El mensaje en muy claro: el presidente de la república y yo mismo sostenemos a fondo la candidatura de Ségolène Royal”, confirmó el primer ministro, Jean-Marc Ayrault. Royal no sólo es la candidata oficial del partido sino la madre de sus cuatro hijos. La pareja se separó poco después del fracaso de Royal en la carrera presidencial de 2007.

Las relaciones entre Trierweiler y Royal hace tiempo que son ponzoñosas, pero parecían haberse calmado en los últimos meses. Un consejero del Palacio del Elíseo le dijo a Le Monde que se quedó petrificado cuando Trierweiler confirmó que el tweet era auténtico. “Había esperado crisis gubernamentales, pero no conyugales. Fue alucinante”, dijo.

El incidente fue la primera ga-ffe seria en lo que parece haber sido el primer mes sin errores en funciones para Hollande. La actitud independiente y a veces perentoria de Trierweiler hace tiempo que preocupa a los amigos y asesores. Ha causado problemas por ser demasiada rápida con Twitter anteriormente. En una entrevista en abril, dijo: “François tiene total confianza en mí... salvo por mis tweets”.

Hollande no ocultó su malestar. Comprensiblemente. El apoyo lanzado por Twitter por su compañera a Falorni, oponiéndose a su ex compañera, es motivo para desestabilizar efectivamente, a cinco días de la segunda vuelta de las elecciones legislativas. La periodista ni siquiera previno a su compañero. El mensaje creó confusión en plena campaña legislativa. “Esperemos que esto no tenga más incidencias”, indican en el entorno de jefe de Estado. Pero por ahora nadie sabe nada ni comprende nada de los resortes secretos de la historia.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

Traducción: Celita Doyhambéhère.