Jueves, 22 de noviembre de 2012 | Hoy
EL MUNDO › RENUNCIó EL SECRETARIO DE SEGURIDAD PúBLICA, ANTONIO FERREIRA PINTO, EN MEDIO DE LA VIOLENCIA
Las autoridades sospechan que detrás del aumento de los crímenes está el Primer Comando de la Capital (PCC), una organización delictiva dedicada al tráfico de drogas y armas. Los delitos llegaron a las ciudades del interior.
En medio de la ola de violencia en San Pablo, el gobernador Geraldo Alckmin removió del cargo a su secretario de Seguridad Pública, Antonio Ferreira Pinto. En su lugar, asumirá hoy el ex procurador del estado Fernando Grella. La violencia dejó en la región, desde octubre, 300 civiles y 90 policías muertos, según datos extraoficiales.
La sustitución de Ferreira Pinto se dio en un contexto de aumento de las críticas hacia la administración pública por la gestión de la crisis de seguridad. El removido secretario de Seguridad Pública fue capitán de la Policía Militar, pero dejó el cargo para ir al Ministerio Público, donde fue fiscal y procurador. Fue secretario de la Secretaría de Administración Penitenciaria (SAP) y posteriormente se hizo cargo de la Seguridad Pública, donde permaneció gracias al discurso de combate de la corrupción policial, reflejó el diario Folha de Sao Paulo. La iniciativa, en tanto, le hizo ganar enemigos dentro de la Policía Civil, precisó el periódico.
Alckmin oficializó ayer la renuncia que Ferreira –quien comandaba desde 2005 el combate a la escalada de violencia en el estado más rico y políticamente más poderoso de Brasil– le presentó el martes a la noche. El gobernador ponderó al secretario saliente por su buen trabajo con gran competencia y responsabilidad. “Me gustaría dar las gracias a la labor de Ferreira Pinto, quien ha estado con nosotros durante los últimos siete años. Fue un buen secretario de Administración Penitenciaria y después secretario de Seguridad Pública. Trabajó con honestidad y dignidad”, expresó Alckim según informó Jornal O Globo.
Sin embargo, Ferreira ya tiene reemplazo. Es el ex procurador del estado Fernando Grella, quien asumirá hoy con el compromiso de poner “todo el empeño” en garantizar la seguridad y combatir el crimen organizado, al que se responsabiliza por la ola de violencia. “Grella pondrá todos los esfuerzos para garantizar la seguridad de San Pablo, para proteger a la población y combatir la delincuencia organizada. Reconocemos las dificultades, pero se están tomando medidas y trabajaremos para asegurar que siga siendo uno de los estados más seguros de Brasil”, agregó el gobernador. Grella trabajó en el ámbito civil y penal. Fue secretario general de la Confederación Nacional del Ministerio Público, asesor jurídico de dos ex fiscales generales y representó al ministerio público brasileño en el desarrollo económico y al Consejo de Desarrollo Social de la Presidencia de la República. “Vamos a duplicar nuestro trabajo”, prometió Alckmin.
Las autoridades sospechan que detrás de la ola de violencia está el Primer Comando de la Capital (PCC), una organización delictiva dedicada al tráfico de drogas y armas nacida en 1997 en el interior de las cárceles del estado de San Pablo y con ramificaciones en todo el país. Las manifestaciones de la violencia van desde matanzas, incendios de colectivos y otros vehículos y homicidios aislados, entre ellos de policías y militares, a un promedio de 9,7 muertes por día, principalmente en la capital del estado y conurbano industrial. Desde el comienzo del año, 95 policías militares fueron asesinados en todo el estado. En 2011, murieron 47 policías militares y 21 de los crímenes se produjeron mientras los oficiales estaban de turno. Folha informó que el número de casos de homicidios dolosos, aquellos en que hay intención de matar, en este estado subió el 92 por ciento en octubre de este año, en relación con el mismo mes del 2011. El mes pasado ocurrieron 150 casos, con 176 muertos, contra 78 casos y 82 muertos en el mismo mes del año pasado. La ola de violencia también llegó a las ciudades del interior.
La lucha contra el crimen recibió este mes el apoyo del gobierno de la presidenta Dilma Rousseff, que prometió intensificar la vigilancia en las rutas de acceso a San Pablo, transferir a penales de otros estados a los líderes del PCC y estrechar la cooperación entre las agencias de Inteligencia federal y paulista. En este contexto, el ministro de la Secretaría General de la Presidencia de la República Gilberto Carvalho comparó el martes la violencia en el estado paulista con la situación en la Franja de Gaza. “Estábamos alarmados con los muertos de Palestina, pero las estadísticas muestran que sólo en San Pablo hay más gente asesinada que en los ataques de Medio Oriente”, dijo. Pese al proyecto de cooperación, la ola de criminalidad no ha cesado. Al menos siete personas fueron asesinadas entre el martes a la noche y ayer y un colectivo fue incendiado por delincuentes en la empobrecida zona este paulista.
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