Martes, 26 de febrero de 2013 | Hoy
EL MUNDO › HABLA UN DIPUTADO DEL PARTIDO DE BEPPE GRILLO
Cinco Estrellas no es ni de izquierda ni de derecha; es populista y ciudadano, con matices nacionalistas, articulado y construido en torno de la idea de Internet.
Por Eduardo Febbro
La juventud y la fuerza que emanan de Alessandro Di Battista es proporcional al resultado que el movimiento contestatario Cinco Estrellas obtuvo en las urnas. Cinco Estrellas es un fenómeno particular: ni realmente de izquierda, ni realmente de derecha, populista y ciudadano, con matices nacionalistas, articulado y construido en torno de la idea de “red”, sea la de Internet, sea la de la misma calle entre ciudadanos, el movimiento del cómico genovés Beppe Grillo introdujo una variable curiosa en la política europea. Está contra las elites y el euro, sin por ello esgrimir un discurso de corte izquierdista. Al mismo tiempo, al denunciar la corrupción y los abusos del sistema político nacional, Cinco Estrellas atrajo a electores jóvenes y menos jóvenes, a cierta gente de izquierda y también de la derecha. Más allá de la ideología pura, todos parecen compartir el mismo principio de acción: cambiar a Italia, limpiando su casta política. En esta entrevista exclusiva con Página/12, Alessandro Di Battista, miembro del movimiento Cinco Estrellas de Beppe Grillo y hoy diputado por Roma, explica qué hará este partido ahora que tiene el poder entre las manos.
–Para nosotros es un gustazo, porque hemos demostrado a todos los partidos corruptos de Italia que somos ciudadanos bien organizados, informados y preparados. Gracias a una red de Internet hemos entrado ahora en el Parlamento para cambiar por fin a este país. Italia es buenísima, lindísima, pero en los últimos años ha sido violada por un sistema criminal y mafioso representado por los partidos.
–No sólo con Internet, sino también con una red de ciudadanos que utilizó la red Internet y los contactos en el territorio, haciendo campaña electoral en los mercados, en los barrios populares, en la calle y las plazas. Demostramos que para poner un pie en las instituciones no necesitamos la plata pública. Demostramos que los ciudadanos podemos tomar nuestro país. Esto nos da una satisfacción inmensa.
–¿A usted le parece que es “antisistema” decir que los condenados no tienen derecho a estar dentro del Parlamento? Para nosotros no es antisistema, eso es perfectamente lógico. El problema está en que el sistema es corrupto y le permite a la gente que ha violado la ley entrar en el Parlamento y decidir en mi lugar, aprovechándose de las instituciones. Eso no puede ser y ya no va a ocurrir más. Nosotros somos como un desinfectante. Entramos, abrimos el Parlamento como si fuera una caja de atún y le enseñamos a todo el pueblo de Italia que tiene que sentirse orgulloso de ser italiano, ¡carajo! Nosotros no somos para nada una organización de izquierda. Pensamos que las ideas deben ser lógicas y no ideológicas. Aquí, en Cinco Estrellas, hay gente que viene de la izquierda, de la derecha, pero son sobre todo ciudadanos lindos y honestos. Por eso nos interesa mucho lo que pasa en América latina. Pensamos que tenemos que chupar muchas ideas alternativas que América latina ha desarrollado en los últimos años. Necesitamos ver qué puede funcionar acá de lo que se hace allá para que Italia se vuelva un país normal. Felizmente, el pueblo italiano no es como la clase dirigente que lo ha administrado en los últimos años. Somos mucho mejores. Los movimientos populares latinoamericanos consiguieron validar sus derechos. Lo mismo queremos para Italia. Nosotros somos los pioneros en esta corriente. Siempre que se habla de Italia se refieren a la mafia, a la bunga bunga, a Berlusconi, que es una vergüenza nacional. Pero ahora se empezará a hablar de Italia de otra manera gracias al movimiento Cinco Estrellas.
–Somos un grupo de ciudadanos organizados que puede gobernar mejor que los políticos profesionales. No vamos a bombardear a un país que no nos ha hecho nada, pero sí vamos a obstruir con toda nuestra fuerza. Somos un movimiento que está en contra de la guerra, de las armas y los ejércitos. Pero si las propuestas que un futuro gobierno nos plantee fuesen buenas, nosotros estamos dispuestos a sentarnos a discutirlas. Lo que a nosotros nos interesa antes que nada es el bien de la colectividad. Nosotros somos una comunidad, cada persona vale por una y da lo que tiene, pero si somos una red vamos a valer tanto como el infinito.
–Para nada. Nos unen las ganas de cambiar este país y hacer de Italia una nación más democrática. Desde luego que la clase de dirigentes que nos gestionó hasta ahora me dan asco. Tienen que irse a sus casas. ¡Que se vayan todos! En las próximas elecciones vamos a limpiar el Parlamento de una buena vez por todas.
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