Mar 12.03.2013

EL MUNDO  › EL HEREDERO POLíTICO DE CHáVEZ SE ENFRENTARá EL 14 DE ABRIL AL OPOSITOR HENRIQUE CAPRILES EN LAS ELECCIONES VENEZOLANAS

Maduro se inscribió como candidato presidencial

Al firmar el acta de inscripción, recordó aquel llamado a votar por él que hiciera el propio Chávez casi tres meses antes de morir de un cáncer. Dijo que bajar la tasa de criminalidad será una de las prioridades de su gobierno.

Arropado por una multitud que lo acompañó durante buena parte de la jornada, el presidente encargado Nicolás Maduro inscribió finalmente su candidatura para las elecciones generales. El 14 de abril se enfrentará al opositor Henrique Capriles, en un ambiente caldeado por el cruce de acusaciones en torno de la utilización política de la muerte de Hugo Chávez. Maduro, un ex sindicalista y ex conductor de autobuses de 50 años, llegó al Consejo Nacional Electoral (CNE) manejando una furgoneta blanca, junto a su mujer y parte del equipo que lo acompañará en la campaña presidencial, luciendo una campera con los colores de la bandera venezolana. Allí inscribió su candidatura y entregó el mismo programa que presentara el fallecido mandatario para las elecciones del 7 de octubre, en las que venció holgadamente a Capriles.

El delfín y sucesor de Chávez se asomó al balcón del máximo órgano electoral que da sobre la plaza Diego Ibarra de Caracas blandiendo el puño en alto, en señal de fortaleza. Afuera, en la calle, lo esperaban miles de seguidores que se habían desparramado por los alrededores desde temprano. Lo recibieron al grito de “No volverán, no volverán” (al poder), en referencia a la oposición. “Aquí vengo a cumplir su orden. No soy Chávez, pero soy su hijo y todos juntos, el pueblo, somos Chávez”, respondió Maduro, en el esfuerzo de construir un perfil propio como candidato junto a la talla de la imagen del fallecido líder bolivariano. Al firmar el acta de inscripción, recordó aquel llamado a votar por él que hiciera el propio Chávez casi tres meses antes de morir de un cáncer.

Entre otras cosas, el presidente encargado prometió que acabaría con la violencia criminal en Venezuela –la tasa de homicidios fue de 55,2 por cada 100 mil habitantes en 2012, casi ocho veces la media mundial–, a la que consideró uno de los problemas más graves del país. “No puede haber armas para matar, para atracar, eso se tiene que acabar”, machacó, al anunciar un plan de desarme en los barrios de Caracas.

Miles de seguidores, ataviados con camisas con el rostro de Chávez, gorras rojas y banderas venezolanas, se manifestaron portando grandes fotos con la cara sonriente del líder bolivariano. “Maduro ha dejado claro que es el mejor alumno de Chávez, con un discurso a la altura. Es un líder que despunta como uno de los hombres más preclaros de la revolución. Chávez no se equivocó”, sentenció Nelson Díaz, de 60 años, luego de finalizado el discurso. En una pancarta que aparecía entre la multitud, podía leerse: “Maduro, leal a Chávez, leal a su legado”.

Asimismo, Maduro aseguró que había conocido acabadamente al fallecido presidente y arengó al chavismo a lograr el próximo 14 de abril los 10 millones de votos que el líder bolivariano no logró. Prometió luchar contra la corrupción, la inseguridad y mejorar la sanidad. “Puedo decir aquí, con su permiso comandante, que logré descifrar el alma de Hugo Chávez, el hombre, al que logré conocer desde cerca y desde adentro. Yo puedo decirles cómo sentía, cómo pensaba, qué quería para su pueblo, cómo sufría por los humildes”, indicó Maduro ante una plaza abarrotada por la gente.

Emocionándose hasta las lágrimas al recordar a Chávez, Maduro repitió, en un sensible discurso, la aspiración electoral que su padre político no pudo conseguir: “¡Diez millones por el buche!”. “¿Podremos cumplir, ahora sí, la meta de los diez millones?”, le preguntó a la multitud que lo acompañó a inscribir su candidatura a unas elecciones presidenciales que se celebrarán un semestre después de que Chávez ganara en octubre para definir quién será el encargado de conducir los destinos del país caribeño hasta 2019.

Además prometió luchar “contra la asquerosa corrupción que aún hay en diversos sectores del país, el burocratismo, la indolencia, la irresponsabilidad de algunos funcionarios públicos que se valen de sus cargos para abusar y enriquecerse”. “¡Corrupto traidor, vamos por ti!”, gritó. Por otra parte admitió que hay cosas que están mal todavía y dijo que atacará la mala dotación hospitalaria y la inseguridad ciudadana con mano extendida, y apretando el puño si no es retribuido. Adelantó su intención de visitar sin armas a los delincuentes en los barrios de Caracas para desarmarlos y que cese la matanza.

“Tenemos la responsabilidad de proteger al pueblo decente, al que no fue penetrado por la maldad de la violencia”, dijo, y afirmó que piensa redoblar el paso en la construcción de viviendas populares. Delante de una multitud enfervorizada y atenta a un discurso que se extendió más de dos horas, Maduro informó que su comando de campaña se llamaría Hugo Chávez Frías. “Este 14 de abril tienes la oportunidad de darle la victoria al comandante eterno e invicto para garantizar la continuidad de la Revolución Bolivariana y profundizarla”, lanzó. A su vez dijo que abolirá instituciones de la oligarquía, entre las que identificó la figura de la primera dama, que “usan vestidos y copetes”.

Con alusiones a su contrincante Henrique Capriles, Maduro desplegó un estilo discursivo con algunos momentos de color. “Me gustan las mujeres”, expresó en un momento y besó a su compañera de toda la vida, Cilia Flores, de quien dijo que dejará la Procuraduría del Estado para pasar a de-sempeñarse en la secretaría ejecutiva de su campaña.

En el comando se destaca también la presencia, como jefe de Protección del Voto, del presidente del Legislativo, Diosdado Cabello, a quien se menciona como un supuesto rival interno del presidente-candidato. El jefe de campaña será el alcalde del municipio Libertador, en Caracas, Jorge Rodríguez, nombrado por Chávez al frente del Comando de Campaña Carabobo. Otros funcionarios destacados en el equipo son el vicepresidente interino, Jorge Arreaza, en Programa de Gobierno; el canciller, Elías Jaua, en Planificación, Medición y Evaluación; el ministro de Energía, Rafael Ramírez, en Movilización; Adán Chávez, hermano del líder bolivariano, en Organización y Gestión Electoral; y en Propaganda, Agitación y Contrapropaganda estarán Maripili Hernández y Andrés Izarra.

Mientras tanto, ayer continuaba –por sexto día consecutivo– la peregrinación de cientos de miles de venezolanos para despedir los restos de Chávez, cuyo cuerpo continúa en la capilla ardiente en la Academia Militar de Caracas. Ante el féretro, seguidores del mandatario lo miran por un instante y se persignan. Algunos, incluso, hacen un saludo militar.

Los restos del mandatario serán trasladados este viernes al Cuartel de la Montaña, el antiguo cuartel general caraqueño desde donde Chávez lanzó el 4 de febrero de 1992 un fallido golpe de Estado que lo catapultó a la presidencia siete años después.

Para llevar los restos embalsamados de Chávez al panteón, donde descansan los del libertador Simón Bolívar, Maduro anunció que el gobierno propondrá una enmienda constitucional, que debe ser aprobada mediante un referéndum, pues para que un ciudadano entre allí deben transcurrir 25 años desde su muerte. Aunque no se refirió explícitamente a una consulta popular, el gobierno podría hacer coincidir esa convocatoria con las elecciones presidenciales.

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