EL MUNDO › BRASIL, RUSIA, INDIA, CHINA Y SUDAFRICA IMPULSAN LA CREACION DE SU PROPIO INSTRUMENTO FINANCIERO
En el segundo y último día de la quinta cumbre anual del bloque, celebrada en Durban, Sudáfrica, los presidentes de las cinco primeras economías emergentes anunciaron el acuerdo alcanzado para poner en marcha la institución.
El grupo de los Brics, compuesto por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, decidió ayer impulsar la creación de su propio banco de desarrollo. De esa manera, dio un impulso a su deseo de convertirse en una alternativa financiera internacional. En el segundo y último día de la quinta cumbre anual del bloque, celebrada en Durban (Sudáfrica), los presidentes de las cinco primeras economías emergentes anunciaron su acuerdo para poner en marcha la institución, de la que aún se desconoce dónde se ubicará su sede y el capital que aportará cada uno de los socios. “Hemos decidido establecer un nuevo banco de desarrollo”, dijo el presidente sudafricano y anfitrión de la reunión, Jacob Zuma, durante la sesión plenaria de la cumbre.
El banco –explicó Zuma– tendrá como objetivo movilizar recursos, fomentar la construcción de infraestructuras y el desarrollo sostenible en países emergentes y en vías de desarrollo. La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, señaló que la creación del banco será clave en uno de los aspectos más decisivos de la contribución de los Brics a la economía global, que es la financiación del desarrollo. Una vez que comience a funcionar, la institución servirá de complemento a instituciones como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), que los Brics consideran excesivamente controladas por Europa y Estados Unidos.
“El historial de las políticas de austeridad del FMI y del BM es muy desigual, y no hay duda de que muchos países recibirían con agrado una alternativa a estas instituciones”, consideró el experto Geoffrey Wood, de la prestigiosa escuela de negocios británica Warwick Business School. Desde Durban, las cinco potencias emergentes reafirmaron su reivindicación urgente de una reforma del FMI, que debe corregir el déficit de representación que, a su juicio, sufren en la institución los países emergentes y en vías de desarrollo.
El grupo, sin embargo, no logró llegar a un acuerdo definitivo sobre otro de sus grandes objetivos: el establecimiento de un fondo de reservas de divisas de contingencia por un valor inicial de 100.000 millones de dólares, propuesto en su última cumbre de 2012. En la vertiente política, los Brics insistieron en su rechazo a una salida de la crisis nuclear iraní que no sea la negociada, y mostraron preocupación por las amenazas de intervención militar y las sanciones unilaterales contra Teherán. El bloque expresó también su preocupación por el deterioro de la seguridad y la situación humanitaria en Siria.
En la declaración final de la cumbre, los Brics, entre los que se cuentan reconocidos socios del gobierno de Damasco como Rusia y China, manifestaron su oposición a una mayor militarización del conflicto e instaron al diálogo para resolver el problema. Asimismo, el club de los mayores países emergentes denunció la falta de representatividad en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, donde Rusia y China, miembros permanentes y socios del grupo, piden que se otorgue mayor importancia a Sudáfrica, India y Brasil.
La cita de Durban sirvió además para establecer un centro de estudios de los Brics, así como un consejo de negocios con el que el bloque fomentará las relaciones comerciales entre sus socios. Los cinco países firmaron, además, un acuerdo en materia de economía sostenible, y se comprometieron en el desarrollo y la industrialización de Africa mediante las inversiones en infraestructura en los países del continente.
Los líderes de los Brics –los ya citados Zuma y Rousseff, más sus colegas chino, Xi Jinping; ruso, Vladimir Putin; e indio, Manmohan Singh– aprovecharon la cumbre igualmente para cerrar una serie de acuerdos bilaterales. En el más destacado de ellos, la presidenta de Brasil firmó con China –el mayor socio comercial del país latinoamericano– un acuerdo de canje de divisas por valor de 30.000 millones de dólares.
El pacto, que tiene una vigencia de tres años, permitirá a los dos países efectuar intercambios comerciales en sus propias monedas, en una medida que protegerá sus relaciones económicas de las fluctuaciones del dólar y las turbulencias financieras. Brasil, precisamente, acogerá en 2014 la sexta cumbre del grupo, cuyo crecimiento y necesidad de inversiones en plena crisis financiera multiplicó su importancia en la escena económica global. Los países del Brics representan el 42 por ciento de la población mundial y alrededor del 45 por ciento de la fuerza laboral que existe en el planeta, según datos del grupo.
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