Jue 28.03.2013

EL MUNDO  › NUEVA ESCALADA BELICA EN EL CONFLICTO ENTRE LAS DOS COREA

Se cortó el teléfono rojo

Corea del Norte anunció ayer el corte del “teléfono rojo” de contactos militares de emergencia con Corea del Sur, último medio de comunicación directa entre los dos países, que viven una escalada de tensiones.

La decisión de cortar el último contacto directo con el Sur coincide con el anuncio de que los principales líderes del Norte se reunirán en los próximos días para discutir un “importante tema” y realizarán un gran giro. A partir de ahora todas las comunicaciones militares Norte-Sur están suspendidas. “En la actual situación, cuando la guerra puede estallar en cualquier momento, no tiene sentido mantener la comunicación militar Norte-Sur”, dijo un militar de alto rango citado por la agencia Korean Central News Agency. La línea permanecerá suspendida “mientras duren las acciones hostiles y anacrónicas del Sur”.

Esta línea de comunicación militar, instalada en 1971, servía para organizar los movimientos de transporte y bienes en el complejo industrial de Kaesong, una unidad creada en 1984 como símbolo de la cooperación entre los dos países vecinos. Además esta línea de urgencia ya fue suspendida por Corea del Norte en cinco ocasiones, la última en 2010.

Un poco antes, la agencia de noticias oficial del régimen comunista, KCNA, indicó que el comité central del buró político del Partido Comunista celebrará una reunión plenaria antes de fines de marzo para “discutir y decidir sobre un asunto importante para el avance victorioso de la revolución coreana”. Esta reunión marcará también “un giro crucial” para el cumplimiento de Juche, la ideología norcoreana que se basa principalmente en la autosuficiencia económica.

Paradójicamente, el gobierno de Corea del Sur anunció ayer su intención de prestar ayuda humanitaria al Norte independientemente de las hostilidades del régimen con el objetivo de construir un “proceso de confianza” y reconducir las relaciones en el futuro.

Por otro lado, la reacción de Estados Unidos fue rápida. Declaró que el corte por parte de Corea del Norte de la línea directa militar con el Sur en un momento de alta tensión es una “decisión provocativa”. “Esta es otra medida provocativa y no constructiva que ha tomado el régimen norcoreano”, dijo el portavoz del Pentágono, George Little. Además, una provincia china anunció nuevos proyectos de comunicación ferroviaria hacia Corea del Norte, a pesar del voto de Beijing en la ONU a favor de nuevas sanciones contra Pyongyang.

De hecho, desde principios de marzo, y tras la adopción de nuevas sanciones de la ONU contra Pyongyang, Corea del Norte ha intensificado su retórica beligerante, amenazando en repetidas ocasiones a Seúl y a su aliado estadounidense con “ataques estratégicos” y una “guerra total”. Las sanciones de la ONU contra Pyongyang fueron adoptadas tras un ensayo nuclear norcoreano el mes pasado y tras un lanzamiento con éxito de un cohete de Pyongyang, un acto prohibido por precedentes sanciones de la ONU, en diciembre.

Sin embargo lo que pasó ayer responde, según expertos, a la doble estrategia del líder norcoreano, Kim Jong-un, de reafirmar el control interno y elevar su poder de negociación en el exterior. A diferencia de otras ocasiones, esta vez el régimen de Kim Jong-un ha mantenido hasta tres semanas su elevada retórica belicista, un hecho que, según expertos, no implica necesariamente una mayor posibilidad de que cumpla su amenaza, sino que responde, más bien, a una elaborada estrategia política de doble vía. “El principal objetivo de las amenazas norcoreanas es interno y consiste en fortalecer el control de la población y del ejército”, explicó a EFE el investigador Chang Yong-seok, del Instituto de Estudios para la Paz y la Unificación de la prestigiosa Universidad Nacional de Seúl. El cree que, al elevar la tensión mediante continuas advertencias de guerra inminente, el régimen es capaz de generar unidad interna contra Corea del Sur y EE.UU., países a los que estos días acusa de plantear una grave “amenaza” a su seguridad. En segundo lugar, Corea del Norte utiliza el poder y la repercusión de sus amenazas para “presionar a EE.UU. y Corea del Sur con el objetivo de que se sienten a negociar”, aseguró, por su parte, el veterano analista político Shim Jae-hoon. En ocasiones anteriores, recordó el especialista, se han alternado episodios de enfrentamiento y distensión, y el régimen ha logrado importantes concesiones de sus supuestos “enemigos” en forma de ayuda humanitaria y otros tipos de asistencia.

Por lo tanto, el ejército surcoreano “vigila de cerca” a las tropas del Norte y se mantiene en alerta, indicó uno de sus portavoces. EE.UU., por su parte, mantiene unos 28.500 efectivos militares en Corea del Sur, a quien se compromete a defender ante un hipotético ataque del Norte como herencia de la Guerra de Corea.

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