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El gobierno británico, después de acusar al régimen sirio de usar armas químicas contra los rebeldes, llamó a que detenga el asalto a la ciudad de Homs. En un comunicado, el jefe de la diplomacia británica, William Hague, pidió a Damasco que ceje en su ofensiva y permita la entrada de la ayuda humanitaria. “La violencia debe cesar y los responsables deben ser llevados ante la Justicia”, manifestó Hague. El régimen de Bashar al Assad está usando todas las armas a su alcance contra su propia gente, aseguró el ministro.

La Coalición Nacional Siria (Cnfros), máximo órgano de la oposición, advirtió acerca del posible uso de armas químicas por parte de las fuerzas del régimen en dicha ciudad central de Homs, que es objeto de una amplia ofensiva gubernamental. Ayer, la cadena árabe de noticias Al Jazeera informó que el gobierno sirio estaba atacando en Homs, y que al menos tres civiles –una madre y sus dos hijos– murieron en la ciudad vieja cuando una bomba destruyó su hogar.

En ese baño de sangre que parece no tener fin, un grupo rebelde sirio derribó un helicóptero y causó la muerte de sus siete ocupantes en la provincia septentrional de Alepo, informaron el Observatorio de Derechos Humanos y la agencia oficial de noticias Sana. El Observatorio explicó en un comunicado que los insurgentes atacaron la aeronave cuando sobrevolaba la localidad de Nobl, de mayoría chiíta. Por su parte, la agencia oficial de noticias condenó el ataque, que calificó de “plan criminal”.

Asimismo, Sana destacó que todos los fallecidos eran funcionarios civiles del Ministerio sirio de Educación que viajaban a bordo del helicóptero, entre las localidades de Nobl y Azahra, para trasladar exámenes. Además, los opositores Comités de Coordinación Local informaron que el régimen sirio bombardeó las zonas de Kafrnbl y Serya, y se enfrentó a los rebeldes en la localidad de Basnqul, en la provincia de Idleb, en el norte del país. Damasco y su periferia también fueron escenario de intensos bombardeos, lo que causó un número indeterminado de muertos y heridos, según la Comisión General de la Revolución Siria. Las Naciones Unidas calculan que ya son más de 90.000 las personas que perdieron la vida en diferentes ataques desde que comenzaron hace más de dos años las protestas contra el régimen de Al Assad, que derivaron en una cruenta guerra civil.