El presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, fue llamado a declarar como testigo en el caso de la “contabilidad B” del Partido Popular (PP) después de que su ex tesorero Luis Bárcenas reconociera que le entregó dinero en negro. La Asociación de Abogados Demócratas por Europa (Adade), una de las partes querellantes en el proceso abierto por la Justicia española por las cuentas paralelas del PP, pidió al juez que lleva adelante el caso, Pablo Ruz, que cite a Rajoy. La acusación considera que su testimonio es necesario después de que Bárcenas confesara y detallara en los tribunales la existencia de un sistema de donaciones ilegales y pago de sobresueldos a la cúpula del PP durante más de dos décadas por un total de 8,3 millones de euros.

El ex tesorero explicó que los principales dirigentes de la fuerza derechista consentían la financiación ilegal y reveló que incluso en 2009 y 2010 entregó a Rajoy un total de 45.000 euros. Adade pidió también la declaración de la secretaria general del partido María Dolores de Cospedal, y los ex ministros del PP Francisco Alvarez Cascos, Javier Arenas, Jaime Mayor Oreja y Rodrigo Rato, ex director del Fondo Monetario Internacional (FMI), según el escrito publicado por la prensa española. Los nombres de Rajoy y Arenas figuraban en la “contabilidad B” publicada por el diario El País el 31 de enero, cuando estalló el escándalo y trascendió en la opinión pública, apenas después de que el juez Ruz, también instructor del caso Gürtel, descubriera cuentas bancarias en Suiza en las que Bárcenas había acumulado millones de euros.

En un cambio de estrategia de ciento ochenta grados, el ex tesorero confesó el lunes pasado que había sido el autor de los famosos manuscritos, algo que había negado hasta ahora, y dijo que entregó dinero en negro también a De Cospedal. En su declaración de cinco horas ante el juez Ruz, reconstruida por el diario El País, Bárcenas hizo una descripción meticulosa del pago de sobresueldos en el PP, reconoció que las donaciones superaban el límite de la ley –eran ilegales–, pero evitó inculparse de un delito de cohecho al negar que ese dinero hubiese tenido contrapartidas. “Sí había sobresueldos”, afirmó, y añadió: “Siempre se entregaba el dinero en presencia de (Alvaro) Lapuerta”, su antecesor en el cargo.

El juez le preguntó al ex tesorero quién tenía conocimiento de todo el sistema de donaciones y pagos en negro, y respondió que fueron los “perceptores, los tesoreros” y él mismo, así como quien lo sustituyó en la gerencia, Cristóbal Páez. Asimismo, Bárcenas indicó que el presidente, la secretaria general y los vicesecretarios eran los destinatarios de los sobresueldos, que se entregaban en efectivo y de forma mensual, dependiendo de la liquidez.

Entre algunas de las revelaciones más importantes, Bárcenas aseguró que los pagos en negro se extendieron hasta 2010, más allá de las fechas de los manuscritos de la “contabilidad B” publicados por la prensa. Por otro lado, aportó algunos detalles elocuentes respecto al pago de donaciones por parte de grandes empresarios. “En general no querían recibos, aunque en algunos casos se entregaba al donante una copia del ingreso en el banco”, dijo.

Y tampoco contaba el dinero delante de los donantes porque eso representaba “una falta de delicadeza”, agregó. “Los donantes querían que se les viese la cara, por eso eran recibidos posteriormente por algún cargo (funcionario)”, precisó. La confesión de Bárcenas responde, según coinciden varias fuentes del caso, a una mezcla de venganza hacia su partido, que lo dejó solo y le soltó la mano en el caso Gürtel, y a su estrategia de defensa, con la intención de repartir responsabilidades derivadas de la corrupción existente en el seno del PP.

Bárcenas ingresó a prisión el pasado 27 de junio por reiteración delictiva (alteración de pruebas) y por no poder justificar la fortuna acumulada en Suiza derivada supuestamente de la trama de corrupción Gürtel, destapada por el juez Garzón en 2009, y que pagaba comisiones al PP a cambio de contratos públicos en las comunidades gobernadas por los conservadores.

Con la entrega de la “contabilidad B” a la prensa, el ex tesorero buscaba presionar a su partido para que hiciera algo para defenderlo, pero ante la negativa de la cúpula ahora parece dispuesto a demostrar la existencia de un sistema de corrupción en el PP y que él solo era una pieza de ese engranaje.

Según la documentación inédita, aportada esta semana por Bárcenas en un pendrive al juez y publicada ayer por el diario El Mundo, el dinero en negro que manejó el PP durante dos décadas asciende a 8,3 millones de euros. De acuerdo con los datos de ese archivo, Alvarez Cascos sería el mayor recaudador de la caja B, con 42 millones de pesetas entre 1994 y 1998. Si el dinero total, 8,3 millones, se actualiza en el valor de 2013, el periódico calcula que el dinero en negro llegaría a los 11,5 millones de euros.

Además, la media anual de dinero que entró en el partido conservador en el período que gobernó el ex presidente José María Aznar, entre 1996 y 2004, superaría los 600.000 euros anuales. Como principal beneficiario de los pagos en negro aparece el asesor electoral Pedro Arriola, y como segundo perceptor neto estaría el propio Mariano Rajoy, con 350.000 euros en total, según las cuentas de Bárcenas. El diario El Mundo publicó ayer, en un suplemento especial de 16 páginas dedicado al caso, las hojas manuscritas de la presunta contabilidad paralela que Bárcenas llevó en el partido entre los años 1990 y 2008.